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Una Vez Perdido
Blake Pierce


Un Misterio de Riley Paige #10
ВЎUna obra maestra del gГ©nero de thriller y misterio! Pierce hizo un trabajo magnГ­fico desarrollando a los personajes psicolГіgicamente, tanto asГ­ que sientes que estГЎs en sus mentes, vives sus temores y aclamas sus Г©xitos. La trama es muy inteligente y te mantendrГЎ entretenido durante todo el libro. Este libro te mantendrГЎ pasando pГЎginas hasta bien entrada la noche debido a sus giros inesperados. Opiniones de libros y pelГ­culas, Roberto Mattos (Una vez desaparecido) UNA VEZ PERDIDO es el libro #10 de la serie exitosa de misterio de Riley Paige, que comienza con UNA VEZ DESAPARECIDO (Libro #1), ВЎuna descarga gratuita con mГЎs de 900 opiniones de cinco estrellas! AГєn recuperГЎndose de la muerte de su ex compaГ±era, Lucy, y del TEPT de su compaГ±ero, Bill, la agente especial del FBI Riley Paige estГЎ haciendo todo lo posible para tratar de mantener toda su vida bajo control. AГєn tiene que decidir quГ© hacer con el novio de April, recuperГЎndose de su padre abusivo, y con Blaine, quien estГЎ listo para llevar su relaciГіn al siguiente nivel. Pero Riley es convocada para trabajar en un nuevo caso antes de poder resolverlo todo. Muchas adolescentes estГЎn desapareciendo en un pueblo suburbano idГ­lico del Medio Oeste, y un cuerpo acaba de ser descubierto. La policГ­a estГЎ desconcertada, y acuden a Riley para atrapar al asesino antes de que otra chica desaparezca. Para empeorar las cosas, le asignan una nueva compaГ±era, su nГ©mesis, la agente especial Roston, quien la interrogГі para el caso de Shane. Lo peor de todo es que Shane sigue prГіfugo, quiere venganza y tiene a la familia de Riley en su punto de mira. Un thriller psicolГіgico oscuro con suspenso emocionante, UNA VEZ PERDIDO es el libro #10 de una nueva serie fascinante, con un nuevo personaje querido, que te dejarГЎ pasando pГЎginas hasta bien entrada la noche. El Libro #11 de la serie de Riley Paige estarГЎ disponible pronto.







U N A V E Z P E R D I D O



(UN MISTERIO DE RILEY PAIGE—LIBRO 10)



B L A K E P I E R C E


Blake Pierce



Blake Pierce es el autor de la serie exitosa de misterio RILEY PAIGE que cuenta con trece libros hasta los momentos. Blake Pierce tambiГ©n es el autor de la serie de misterio de MACKENZIE WHITE (que cuenta con nueve libros), de la serie de misterio de AVERY BLACK (que cuenta con seis libros), de la serie de misterio de KERI LOCKE (que cuenta con cinco libros), de la serie de misterio LAS VIVENCIAS DE RILEY PAIGE (que cuenta con tres libros), de la serie de misterio de KATE WISE (que cuenta con dos libros), de la serie de misterio psicolГіgico de CHLOE FINE (que cuenta con dos libros) y de la serie de misterio psicolГіgico de JESSE HUNT (que cuenta con tres libros).



Blake Pierce es un ГЎvido lector y fan de toda la vida de los gГ©neros de misterio y los thriller. A Blake le encanta comunicarse con sus lectores, asГ­ que por favor no dudes en visitar su sitio web www.blakepierceauthor.com (http://www.blakepierceauthor.com/) para saber mГЎs y mantenerte en contacto.



Derechos de autor В© 2017 por Blake Pierce. Todos los derechos reservados. A excepciГіn de lo permitido por la Ley de Derechos de Autor de Estados Unidos de 1976 y las leyes de propiedad intelectual, ninguna parte de esta publicaciГіn puede ser reproducida o distribuida en cualquier forma o por cualquier medio, o almacenada en un sistema de bases de datos o de recuperaciГіn sin el previo permiso del autor. Este libro electrГіnico estГЎ licenciado para tu disfrute personal solamente. Este libro electrГіnico no puede ser revendido o dado a otras personas. Si te gustarГ­a compartir este libro con otras personas, por favor compra una copia adicional para cada destinatario. Si estГЎs leyendo este libro y no lo compraste, o no fue comprado solo para tu uso, por favor regrГ©salo y compra tu propia copia. Gracias por respetar el trabajo arduo de este autor. Esta es una obra de ficciГіn. Los nombres, personajes, empresas, organizaciones, lugares, eventos e incidentes son productos de la imaginaciГіn del autor o se emplean como ficciГіn. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, es totalmente coincidente. Los derechos de autor de la imagen de la cubierta son de aradaphotography, utilizada bajo licencia de Shutterstock.com.


LIBROS ESCRITOS POR BLAKE PIERCE



SERIE DE MISTERIO PSICOLГ“GICO DE SUSPENSO DE JESSE HUNT

EL ESPOSA PERFECTA (Book #1)

EL TIPO PERFECTO (Book #2)



SERIE DE MISTERIO PSICOLГ“GICO DE SUSPENSO DE CHLOE FINE

Al LADO (Libro #1)

LA MENTIRA DEL VECINO (Libro #2)

CALLEJГ“N SIN SALIDA (Libro #3)



SERIE DE MISTERIO DE KATE WISE

SI ELLA SUPIERA (Libro #1)

SI ELLA VIERA (Libro #2)



SERIE LAS VIVENCIAS DE RILEY PAIGE

VIGILANDO (Libro #1)

ESPERANDO (Libro #2)

ATRAYENDO (Libro #3)



SERIE DE MISTERIO DE RILEY PAIGE

UNA VEZ DESAPARECIDO (Libro #1)

UNA VEZ TOMADO (Libro #2)

UNA VEZ ANHELADO (Libro #3)

UNA VEZ ATRAГЌDO (Libro #4)

UNA VEZ CAZADO (Libro #5)

UNA VEZ CONSUMIDO (Libro #6)

UNA VEZ ABANDONADO (Libro #7)

UNA VEZ ENFRIADO (Libro #8)

UNA VEZ ACECHADO (Libro #9)

UNA VEZ PERDIDO (Libro #10)

UNA VEZ ENTERRADO (Libro #11)

UNA VEZ ATADO (Libro #12)

UNA VEZ ATRAPADO (Libro #13)

UNA VEZ LATENTE (Libro #14)



SERIE DE MISTERIO DE MACKENZIE WHITE

ANTES DE QUE ASESINE (Libro #1)

ANTES DE QUE VEA (Libro #2)

ANTES DE QUE DESEE (Libro #3)

ANTES DE QUE ARREBATE (Libro #4)

ANTES DE QUE NECESITE (Libro #5)

ANTES DE QUE SIENTA (Libro #6)

ANTES DE QUE PEQUE (Libro #7)

ANTES DE QUE CACE (Libro #8)

ANTES DE QUE SE APROVECHE (Libro #9)

ANTES DE QUE ANHELE (Libro #10)

ANTES DE QUE SE DESCUIDE (Libro #11)



SERIE DE MISTERIO DE AVERY BLACK

UNA RAZГ“N PARA MATAR (Libro #1)

UNA RAZГ“N PARA HUIR (Libro #2)

UNA RAZГ“N PARA ESCONDERSE (Libro #3)

UNA RAZГ“N PARA TEMER (Libro #4)

UNA RAZГ“N PARA RESCATAR (Libro #5)

UNA RAZГ“N PARA ATERRARSE (Libro #6)



SERIE DE MISTERIO DE KERI LOCKE

UN RASTRO DE MUERTE (Libro #1)

UN RASTRO DE ASESINATO (Libro #2)

UN RASTRO DE VICIO (Libro #3)

UN RASTRO DE CRIMEN (Libro #4)

UN RASTRO DE ESPERANZA (Libro #5)


CONTENIDO

PRГ“LOGO (#u89c67538-3e3f-543f-aaed-80abd613bbef)

CAPГЌTULO UNO (#u69a1536b-c35b-5ed7-9903-63dacdca7f71)

CAPГЌTULO DOS (#u1783767f-bc9b-5872-850d-6c6dff31a7d8)

CAPГЌTULO TRES (#u0aaf92ff-773e-5cca-aa16-70839b3fc7ec)

CAPГЌTULO CUATRO (#u4b38c6a5-03c8-597a-9daa-2ae7a849e120)

CAPГЌTULO CINCO (#ueda2c1c9-404c-5eab-8f2f-f14407ae3a04)

CAPГЌTULO SEIS (#u0fdf5528-e609-5236-bfc8-efa5641bbadd)

CAPГЌTULO SIETE (#ud5488110-0512-5d52-ad6b-f3f07fc34ba0)

CAPГЌTULO OCHO (#u0c47ad35-61ce-5718-aad8-36cc4d16d5c0)

CAPГЌTULO NUEVE (#u7eb93e4e-948b-5e94-9a9e-6c1a40b3c97e)

CAPГЌTULO DIEZ (#ueddf9705-a745-5275-b459-1ec26c57b227)

CAPГЌTULO ONCE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO DOCE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TRECE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO CATORCE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO QUINCE (#litres_trial_promo)

CAPÍTULO DIECISÉIS (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO DIECISIETE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO DIECIOCHO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO DIECINUEVE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO VEINTE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO VEINTIUNO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO VEINTIDГ“S (#litres_trial_promo)

CAPÍTULO VEINTITRÉS (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO VEINTICUATRO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO VEINTICINCO (#litres_trial_promo)

CAPÍTULO VEINTISÉIS (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO VEINTISIETE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO VEINTIOCHO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO VEINTINUEVE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA Y UNO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA Y DOS (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA Y TRES (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA Y CUATRO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA Y CINCO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA Y SEIS (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA Y SIETE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA Y OCHO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO TREINTA Y NUEVE (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO CUARENTA (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO CUARENTA Y UNO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO CUARENTA Y DOS (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO CUARENTA Y TRES (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO CUARENTA Y CUATRO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO CUARENTA Y CINCO (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO CUARENTA Y SEIS (#litres_trial_promo)

CAPГЌTULO CUARENTA Y SIETE (#litres_trial_promo)




PRГ“LOGO


Katy Philbin se reГ­a mientras bajaba cuidadosamente por las escaleras.

“¡Deja de reírte!”, se dijo a sí misma.

ВїQuГ© era tan cГіmico, de todos modos?

ВїPor quГ© estaba riГ©ndose como una niГ±ita, no como la chica de diecisiete aГ±os de edad que realmente era?

QuerГ­a mГЎs que nada en el mundo actuar como una adulta seria.

DespuГ©s de todo, Г©l la estaba tratando como una adulta. HabГ­a estado hablГЎndole como si fuera un adulta durante toda la noche, haciГ©ndola sentirse especial y respetada.

Incluso la habГ­a llamado Katherine en lugar de Katy.

Le gustaba mucho cuando la llamaba Katherine.

También le gustaron los tragos para adultos que le preparó toda la noche, que según él se llamaban “Mai Tais”, tan dulces que apenas pudo probar el alcohol.

Y ahora ni siquiera recordaba cuГЎntos se habГ­a tomado.

ВїEstaba borracha?

“¡Eso sería horrible!”, pensó.

ВїQuГ© pensarГ­a de ella si ni siquiera podГ­a aguantar unos cuantos tragos helados y dulces?

Y ahora se sentГ­a muy mareada.

ВїQuГ© pasarГ­a si se caГ­a por las escaleras?

MirГі sus pies, preguntГЎndose por quГ© no se movГ­an como deberГ­an. ВїY por quГ© la luz estaba tan tenue aquГ­?

Para su vergГјenza, ni siquiera recordaba exactamente por quГ© estaba aquГ­ en este tramo de escaleras de madera que cada vez parecГ­an mГЎs largas.

“¿Adónde vamos?”, preguntó.

Sus palabras no salieron bien, pero al menos habГ­a logrado dejar de reГ­rse.

“Te lo dije”, le dijo él en respuesta. “Quiero mostrarte algo”.

MirГі a su alrededor para encontrarlo. Estaba en algГєn lugar al final de las escaleras, pero ella no podГ­a verlo. Solo habГ­a una lГЎmpara en una esquina que no alumbraba mucho.

Pero esa luz fue suficiente para recordarle dГіnde estaba.

“Ah, sí”, murmuró. “En tu sótano”.

“¿Estás bien?”.

“Sí”, dijo, tratando de convencerse de que era verdad. “Ya bajo”.

ObligГі a un pie a llegar al siguiente escalГіn.

Ella lo oyó decir: “Vamos, Katy. Lo que prometí mostrarte está aquí”.

En ese momento entrГі en cuenta...

“Me llamó Katy”.

Se sintiГі extraГ±amente decepcionada, ya que habГ­a pasado toda la noche llamГЎndola Katherine.

“Estaré ahí en un minuto”, dijo.

Cada vez le estaba costando mГЎs pronunciar bien las palabras.

Y, por alguna razГіn, eso le pareciГі muy cГіmico.

Lo oyГі reГ­rse.

“¿Estás pasándola bien, Katy?”, le preguntó en una voz agradable, una voz en la que había confiado por muchos años.

“Demasiado bien”, dijo, riéndose de nuevo.

“Me alegra”.

Pero ahora el mundo parecГ­a estar dando vueltas a su alrededor. Se sentГі en las escaleras con cuidado, agarrГЎndose de la barandilla.

El hombre volviГі a hablar en una voz menos paciente.

“Date prisa, chica. No voy a quedarme aquí esperándote toda la noche”.

Katy se puso de pie, luchando por despejar su mente. No le gustaba el tono de su voz. Pero entendГ­a su impaciencia. ВїQuГ© le pasaba? ВїPor quГ© no podГ­a bajar estas escaleras?

Le estaba resultando cada vez mГЎs difГ­cil centrarse en dГіnde estaba y lo que estaba haciendo.

PerdiГі su agarre sobre la barandilla y se dejГі caer sobre el escalГіn.

Se preguntГі de nuevo cuГЎntos tragos se habГ­a tomado.

Entonces recordГі.

“Dos”.

ВЎSolo dos!

Pero no habГ­a bebido nada desde aquella noche horrible...

No hasta hoy… pero de todos modos solo fueron dos tragos.

Por un momento no pudo respirar.

“¿Está volviendo a suceder?”.

Se dijo a sГ­ misma que debГ­a dejarse de tonterГ­as.

Ella estaba sana y salva aquГ­ con un hombre en el que confiaba.

Y ella estaba haciendo el ridГ­culo, y eso era lo Гєltimo que querГ­a, sobre todo con Г©l, cuando la habГ­a tratado tan bien y le habГ­a servido todos esos tragos y...

Y ahora todo estaba borroso y oscuro.

Y sentГ­a nГЎuseas.

“No me siento bien”, dijo.

Г‰l no respondiГі, y ella no podГ­a verlo.

No podГ­a ver nada.

“Creo que... creo que debería irme a casa”, dijo.

El hombre siguiГі callado.

SubiГі las manos a ciegas, tanteando en el aire.

“Ayúdame... ayúdame a levantarme de las escaleras. Ayúdame a subir”.

Ella oyГі sus pasos acercГЎndose a ella.

“Él me va a ayudar”, pensó.

Entonces, Вїpor quГ© esa sensaciГіn de malestar se estaba intensificando con cada segundo?

“Llévame a casa”, le dijo. “¿Podrías hacer eso por mí? ¿Por favor?”.

Sus pasos se detuvieron.

PodГ­a sentir su presencia justo en frente de ella, aunque no podГ­a verlo.

Pero Вїpor quГ© no le decГ­a nada?

ВїPor quГ© no estaba haciendo nada para ayudarla?

Entonces entendiГі quГ© era esa sensaciГіn de nГЎuseas.

Miedo.

Se armГі de la Гєltima gota de valor que le quedaba, extendiГі la mano y agarrГі la barandilla, y se puso de pie.

“Tengo que irme”, pensó. Pero fue incapaz de decir las palabras en voz alta.

Entonces Katy sintiГі un fuerte golpe en la cabeza.

Y luego no sintiГі nada en absoluto.




CAPГЌTULO UNO


Riley Paige se esforzГі por contener las lГЎgrimas. Estaba sentada en su oficina en QuГЎntico, mirando una foto de una mujer joven con un yeso en su tobillo.

“¿Por qué me estoy castigando así?”, se preguntó a sí misma.

DespuГ©s de todo, tenГ­a otras cosas en quГ© pensar en este momento, especialmente en la reuniГіn que tendrГ­a en la UAC en unos minutos. Riley temГ­a esa reuniГіn ya que podГ­a poner en peligro su futuro profesional.

A pesar de ello, Riley no pudo obligarse a apartar la mirada de la imagen en su telГ©fono celular.

HabГ­a tomado esa foto de Lucy Vargas el pasado otoГ±o, aquГ­ en las oficinas de la Unidad de AnГЎlisis de Conducta. El tobillo de Lucy estaba enyesado, pero su sonrisa era simplemente radiante, un contraste deslumbrante a su piel marrГіn. Lucy acababa de resultar herida en el primer caso en el que trabajГі con Riley y su compaГ±ero, Bill Jeffreys. Pero Lucy habГ­a hecho un gran trabajo, y ella lo sabГ­a, y Riley y Bill tambiГ©n. Por eso estaba sonriendo.

La mano de Riley temblГі un poco mientras sostenГ­a el telГ©fono celular en su mano.

Lucy habГ­a sido abatida por un francotirador trastornado.

HabГ­a muerto en los brazos de Riley. Pero ella sabГ­a que la muerte de Lucy no habГ­a sido su culpa.

Ella deseaba que Bill se sintiera igual. Su compaГ±ero estaba de permiso obligatorio y no estaba nada bien.

Riley se estremeciГі al recordar cГіmo las cosas se habГ­an desarrollado.

La situaciГіn habГ­a sido caГіtica y, en lugar de dispararle al francotirador, Bill le disparГі a un hombre inocente que estaba tratando de ayudar a Lucy. Afortunadamente, el hombre no resultГі gravemente herido, y nadie culpГі a Bill por sus acciones, y menos aГєn Riley. Nunca lo habГ­a visto tan debilitado por culpa y trauma. Riley se preguntГі quГ© tan pronto podrГ­a volver a trabajar, o si es que podrГ­a volver en absoluto.

La garganta de Riley se tensГі al recordar tener a Lucy en sus brazos.

“Tienes una gran carrera por delante”, le había dicho Riley. “No te nos vayas, Lucy. Quédate con nosotros”.

Pero fue inГєtil. Lucy habГ­a perdido demasiada sangre. Riley sintiГі la vida de Lucy desvaneciГ©ndose en sus brazos.

Y ahora Riley tenГ­a lГЎgrimas corriendo por sus mejillas.

Sus recuerdos fueron interrumpidos por una voz familiar.

“Agente Paige...”.

Riley levantГі la mirada y vio a Sam Flores, el tГ©cnico de laboratorio con anteojos de montura negra. Estaba de pie en la puerta de su oficina.

Riley contuvo un jadeo. Se secГі las lГЎgrimas apresuradamente y colocГі su telГ©fono celular boca abajo sobre el escritorio.

Pero sabГ­a por la expresiГіn afligida de Sam que Г©l habГ­a vislumbrado lo que ella habГ­a estado mirando. Y eso era lo Гєltimo que querГ­a.

Sam y Lucy tuvieron un pequeГ±o romance, y Г©l habГ­a tomado muy mal la noticia de su muerte. TodavГ­a se veГ­a muy desolado.

Flores mirГі a Riley con tristeza, pero no le preguntГі lo que acababa de interrumpir.

En cambio, dijo: “Estoy en camino a la reunión. ¿Asistirás?”.

Riley asintiГі, y Sam tambiГ©n asintiГі con la cabeza en respuesta.

“Bueno, buena suerte, agente Paige”, dijo, y luego siguió su camino.

Riley murmurГі en voz baja a sГ­ misma...

“Sí, buena suerte”.

Sam parecГ­a saber que la necesitarГ­a para esta reuniГіn.

Era el momento de recomponerse y enfrentar lo que venГ­a.



*



Un poco mГЎs tarde, Riley se encontraba sentada en la gran sala de conferencias rodeada de mГЎs personal de la UAC de los que habГ­a esperado, incluyendo tГ©cnicos e investigadores en una amplia gama de capacidades. No todas las caras eran conocidas, y no todas ellas eran amigables.

“Me vendría bien un aliado en este momento”, pensó.

ExtraГ±aba mucho la presencia de Bill. Sam Flores estaba sentado cerca de ella, pero se veГ­a demasiado desolado como para ser de ayuda en este momento.

La cara menos agradable de todas era la del agente especial encargado Carl Walder, quien estaba sentado justo enfrente de ella. El hombre con la cara infantil llena de pecas mirГі a Riley, y luego a un informe escrito que tenГ­a enfrente.

Dijo con malhumor: “Agente Paige, estoy tratando de entender lo que está pasando aquí. Hemos aceptado una petición para que agentes vigilen tu casa las veinticuatro horas. Esto parece tener algo que ver con las actividades recientes de Shane Hatcher, pero no estoy seguro exactamente cómo o por qué. Por favor explícame”.

Riley tragГі grueso.

HabГ­a sabido que esta reuniГіn tratarГ­a de su relaciГіn con Shane Hatcher, un convicto fugado brillante y peligroso.

TambiГ©n sabГ­a que una explicaciГіn completa y honesta podrГ­a significar el fin de su carrera.

Incluso podrГ­a significar tiempo en prisiГіn.

Ella dijo: “Agente Walder, como ya sabes, Shane Hatcher fue visto por última vez en mi cabaña en los montes Apalaches”.

Walder asintiГі y esperГі a que Riley continuara.

Riley sabГ­a que tenГ­a que elegir sus palabras con mucho cuidado. Hasta hace poco, ella y Hatcher habГ­an tenido un pacto secreto. A cambio de ayudar a Riley en un caso muy personal, Riley habГ­a acordado dejar a Hatcher esconderse en la cabaГ±a que habГ­a heredado de su padre.

HabГ­a sido un pacto con el diablo, y a Riley le avergonzaba lo que habГ­a hecho.

Riley continuó: “Como también saben, Hatcher se le escapó a un equipo SWAT del FBI que rodeaba mi cabaña. Tengo razones para creer que podría aparecer en mi casa”.

Walder la mirГі con recelo.

“¿Por qué crees eso?”.

“Hatcher está obsesionado conmigo”, dijo Riley. “Ahora que fue avistado, estoy bastante segura de que tratará de comunicarse conmigo. Si es así, los agentes alrededor de mi casa tendrán una buena oportunidad de capturarlo”.

Riley se encogiГі un poco por dentro.

Era una verdad a medias en el mejor de los casos.

La verdadera razГіn por la que querГ­a agentes alrededor de su casa era para que la protegieran a ella y a su familia.

Walder tamborileГі los dedos sobre la mesa.

“Agente Paige, dices que Hatcher está obsesionado contigo. ¿Segura que la obsesión no es mutua?”.

La insinuaciГіn molestГі a Riley un poco.

Se sintiГі aliviada cuando su superior inmediato, Brent Meredith, tomГі la palabra. Meredith tenГ­a la misma presencia intimidante de siempre, con sus rasgos negros y angulosos y su mirada severa. Pero la relaciГіn de Riley con Meredith siempre habГ­a sido respetuosa, incluso agradable. HabГ­a sido su aliado en tiempos difГ­ciles.

Ella esperaba que lo fuera en estos momentos.

Meredith dijo: “Jefe Walder, creo que la solicitud de la agente Paige de tener agentes vigilando su casa está fundada. No debemos pasar por alto ni siquiera la más remota posibilidad de llevar a Hatcher ante la justicia”.

“Sí”, dijo Walder. “Y no estoy satisfecho con el hecho de que se escapó aunque sabíamos exactamente dónde estaba”. Walder se enderezó en su silla, miró directamente a Riley y le preguntó: “Agente Paige, ¿le avisaste a Hatcher que había un equipo SWAT por la cabaña?”.

Riley oyГі un jadeo en la sala.

No muchas personas tendrГ­an el valor de hacerle esa pregunta. Pero Riley tuvo que contener su risa. Esta era una pregunta que podГ­a contestar con la verdad. Esa era la razГіn por la que ya no le tenГ­a miedo a Hatcher.

“No, no lo hice”, dijo Riley con firmeza, dándole una mirada fulminante.

Walder fue el primero en desviar la mirada. Se volviГі a Jennifer Roston, una mujer afroamericana joven con pelo corto y liso que estaba sentada mirando a Riley con ojos oscuros intensos.

“¿Tienes alguna pregunta, agente Roston?”, le preguntó.

Roston se quedГі callada. Riley esperГі su respuesta con cierta ansiedad. Roston habГ­a sido asignada a llevar a Shane Hatcher ante la justicia. Roston era nueva en la UAC y estaba ansiosa de dejar su huella. Riley no creГ­a que la nueva agente serГ­a su aliada.

Roston no le habГ­a quitado los ojos de encima durante toda la reuniГіn.

“Agente Paige, ¿podrías explicarnos la naturaleza exacta de tu relación con Shane Hatcher?”.

Riley se molestГі de nuevo.

Ella querГ­a decir que no, pero estaba comenzando a entender la tГЎctica de Roston.

Hace unos dГ­as, Roston habГ­a interrogado a Riley en privado sobre este mismo tema en esta misma sala.

Ahora Roston tenГ­a la intenciГіn de hacerle las mismas preguntas de nuevo, con la esperanza de pillar a Riley contradiciГ©ndose. Roston esperaba que Riley no aguantara la presiГіn de una gran reuniГіn como esta y se delatara. Y Riley sabГ­a por experiencia que no debГ­a subestimarla. Roston era muy hГЎbil en juegos mentales.

“Di lo menos posible”, se dijo a sí misma. “Ten mucho cuidado”.



*



A lo que la reuniГіn terminГі, todo el mundo saliГі de la sala, excepto Riley.

Ahora que todo habГ­a terminado, Riley se sentГ­a demasiado sobresaltada como para levantarse de la silla.

Roston le habГ­a hecho preguntas conocidas, como con quГ© frecuencia Riley se habГ­a comunicado con Hatcher, y cГіmo. Ella tambiГ©n le habГ­a preguntado acerca de la muerte de Shirley Redding, una agente de bienes raГ­ces que habГ­a ido a la cabaГ±a en contra de su voluntad y muriГі allГ­. La policГ­a no sospechaba juego sucio, pero Riley estaba segura de que Hatcher la habГ­a matado por haberse metido en su territorio. Riley sentГ­a que Roston tambiГ©n sospechaba la verdad.

Riley respondiГі todas las preguntas de Roston con mentiras familiares.

SabГ­a que Roston no estaba nada satisfecha con sus respuestas.

“Esto no ha terminado”, pensó con un escalofrío. ¿Cuánto tiempo esperaba poder seguir ocultando toda la verdad sobre su relación con Hatcher?

Sin embargo, tambiГ©n tenГ­a una preocupaciГіn mucho mГЎs aterradora sobre sus hombros.

ВїQuГ© va a hacer Shane Hatcher ahora?

SabГ­a que se sentГ­a muy traicionado por el hecho de que ella no le habГ­a advertido sobre el equipo SWAT. De hecho, Г©l mismo se habГ­a dejado ver en la cabaГ±a. TambiГ©n habГ­a permitido que el FBI se le acercara, solo para probar su lealtad para con Г©l.

Desde la perspectiva de Hatcher, ella habГ­a reprobado la prueba.

RecordГі el mensaje de texto que le habГ­a enviado a ella despuГ©s:



VivirГЎs para lamentarlo. Tu familia quizГЎs no.



Ella conocГ­a a Hatcher demasiado bien como para no tomar sus amenazas en serio.

Riley se quedГі sentada en la mesa, apretando sus manos con ansiedad.

“¿Cómo permití que todo esto llegara tan lejos?”, se preguntó.

ВїPor quГ© permitiГі que su relaciГіn con Hatcher continuara, incluso despuГ©s de su fuga de la cГЎrcel?

Algo que Walder acababa de decir seguГ­a resonando en su mente:

“Dices que Hatcher está obsesionado contigo. ¿Segura que la obsesión no es mutua?”.

Ahora que se encontraba sentada aquГ­ sola, no podГ­a negar la verdad detrГЎs de la pregunta de Walder.

Hatcher la habГ­a fascinado desde que lo conociГі en Sing Sing, en busca de su experiencia considerable como criminГіlogo autodidacta. TodavГ­a la fascinaba ahora que estaba prГіfugo; le fascinaba su brillantez, su crueldad y su extraГ±a capacidad de lealtad. De hecho, Riley sentГ­a un vГ­nculo extraГ±o con Г©l, un vГ­nculo que Hatcher hacГ­a todo lo posible para fortalecer y manipular.

Era justo como Hatcher le habГ­a dicho varias veces:

“Estamos unidos en nuestras mentes, Riley Paige”.

Riley se estremeciГі al pensarlo.

Esperaba haber roto ese vГ­nculo.

Pero Вїal hacerlo habГ­a hecho que Shane Hatcher decidiera derramar su ira sobre la gente que mГЎs querГ­a?

En ese momento, Riley escuchГі una voz detrГЎs de ella.

“Agente Paige...”.

Riley se volviГі y vio que Jennifer Roston acababa de regresar a la sala.

“Creo que tú y yo tenemos más de qué hablar”, dijo Roston, sentándose en la mesa enfrente de Riley.

La mente de Riley se inundГі de temor.

ВїQuГ© truco podrГ­a tener Roston bajo la manga ahora?




CAPГЌTULO DOS


Riley y Jennifer Roston se quedaron mirГЎndose en la sala de conferencias sin decir nada durante casi un minuto.

Riley no soportaba el suspenso.

Finalmente, Roston dijo: “Menudo show el de hace un rato, agente Paige”.

Riley se sintiГі incomodada y enojada.

“No tengo porqué aguantarme esto”, gruñó, comenzando a levantarse de la silla para irse.

“No, no te vayas”, dijo Roston. “No sin escuchar lo que tengo en mente”.

Luego, con una sonrisa extraña, agregó: “Quizás te sorprenda”.

Riley sentГ­a que sabГ­a perfectamente bien lo que Roston tenГ­a en mente.

Se habГ­a abocado de lleno a acabar con Riley.

Sin embargo, Riley se quedГі sentada. Ya era hora de solucionar este lГ­o con Roston. Y, ademГЎs, tenГ­a curiosidad.

Roston dijo: “En primer lugar, creo que comenzamos por mal pie. Ha habido algunos malentendidos. Mi intención no era que nos convirtiéramos en enemigas. Por favor créeme. Te admiro. Y mucho. Llegué a la UAC ansiosa de trabajar contigo”.

Riley estaba un poco desconcertada. La expresiГіn facial y el tono de voz de Roston parecГ­an totalmente sinceros. La verdad era que a Riley le habГ­a impresionado mucho todo lo que habГ­a oГ­do hablar de Roston. Sus resultados en la academia fueron sorprendentes, y ya habГ­a obtenido distinciones por su trabajo de campo en Los ГЃngeles.

Y ahora, aquГ­ sentada mirГЎndola, Riley se sintiГі sorprendida de nuevo por el comportamiento de Roston. La mujer era bajita, pero compacta y deportiva, e irradiaba energГ­a y entusiasmo.

Pero este no parecГ­a el momento adecuado para elogiar a la nueva agente. Simplemente habГ­a habido demasiada tensiГіn y desconfianza entre ellas.

Después de una pausa, Roston dijo: “Creo que tenemos mucho que ofrecernos. Ahora mismo. De hecho, estoy bastante segura de que las dos queremos exactamente lo mismo”.

“¿Qué?”, preguntó Riley.

Roston sonriГі e inclinГі la cabeza un poco.

“Acabar con la carrera criminal de Shane Hatcher”.

Riley no respondiГі. DespuГ©s de un momento, Riley entendiГі que las palabras de Roston eran perfectamente ciertas. Ella ya no consideraba a Shane Hatcher un aliado. De hecho, Г©l era un enemigo peligroso. Y tenГ­a que ser detenido antes de que le hiciera daГ±o a sus seres queridos.

Para hacer eso, tendrГ­a que ser capturado o muerto.

“Continúa”, dijo Riley.

Roston metiГі la barbilla y se inclinГі hacia Riley.

“Voy a decir algunas cosas”, dijo. “Quiero que las escuches sin decir nada. No niegues ni tampoco digas “sí” a lo que te diré. Solo escucha”.

Riley asintiГі con inquietud.

“Tu relación con Shane Hatcher continuó incluso después de su fuga de Sing Sing. De hecho, se volvió más intensa. Te has comunicado con él más de una vez, varias veces, de hecho, de vez en cuando en persona. Él te ha ayudado en casos oficiales, y él te ha ayudado en formas más personales. Tu relación con él se ha vuelto... ¿cuál es la palabra? Simbiótica”.

Le costГі mucho a Riley no reaccionar ante lo dicho.

Obviamente todo era cierto.

Roston continuó: “Estoy bastante segura de que estabas consciente de su presencia en tu cabaña. De hecho, es probable que le permitiste quedarse allá. Pero la muerte de Shirley Redding no fue un accidente. Y no era parte de tu trato con él. Hatcher se descontroló, y ya no quieres tener nada que ver con él. Pero le tienes miedo. No sabes cómo romper la conexión”.

Un silencio inquietante cayГі entre Riley y Roston. Riley se preguntГі cГіmo sabГ­a todo esto. ParecГ­a francamente extraГ±o. Pero Riley no creГ­a en la telepatГ­a.

“No, simplemente es tremenda detective”, pensó Riley.

Esta nueva agente era extremadamente inteligente, y sus instintos e intuiciГіn parecГ­an estar a la par con los de Riley.

Pero ВїquГ© estaba tratando de hacer en este momento? ВїEstaba tendiГ©ndole una trampa, tratando de hacer que confesara todo lo que habГ­a pasado entre ella y Hatcher?

Por alguna razГіn, los instintos de Riley le estaban diciendo lo contrario.

Pero Вїse atrevГ­a confiar en ella?

Roston estaba sonriendo enigmГЎticamente.

“Agente Paige, ¿crees que no sé cómo te sientes? ¿Crees que no tengo mis propios secretos? ¿Crees que no me he sobrepasado, que no he hecho pactos con personas con las que no debería haberlos hecho? Créeme, sé exactamente con lo que estás lidiando. Tomaste un riesgo, y a veces hay que romper las reglas. Así que las rompiste. No son muchos los agentes que tienen las agallas para hacerlo. Realmente quiero ayudarte”.

Riley estudiГі el rostro de Roston sin responder. Fue impactada de nuevo por la sinceridad de la agente mГЎs joven.

Riley sentГ­a una sonrisa sombrГ­a formГЎndose en las comisuras de sus labios. Al parecer algo oscuro se ocultaba en el interior de Roston, al igual que se ocultaba en ella.

Roston dijo: “Agente Paige, cuando empecé a trabajar en el caso de Hatcher, me diste acceso a todos los archivos informáticos que tenías de él. Excepto uno llamado �PENSAMIENTOS’. Fue incluido en el resumen, pero no lo pude encontrar. Me dijiste que lo eliminaste. Me dijiste que solo eran notas y cosas redundantes”.

Roston se echГі hacia atrГЎs en su silla, al parecer un poco mГЎs relajada.

Pero Riley no estaba nada relajada ya que habГ­a eliminado el archivo llamado PENSAMIENTOS apresuradamente. Ese archivo en realidad contenГ­a informaciГіn vital acerca de las conexiones financieras de Hatcher, conexiones que le permitГ­an permanecer en libertad con mucho poder bajo la manga.

Roston dijo: “Estoy bastante segura de que todavía tienes ese archivo”.

A Riley se le pusieron los pelos de punta. El hecho era que ella habГ­a guardado el archivo en una unidad USB. A menudo pensaba en borrarlo, pero por alguna razГіn no se atrevГ­a a hacerlo. El hechizo de Hatcher sobre ella habГ­a sido fuerte. Y tal vez pensaba que podrГ­a tener que usar esa informaciГіn algГєn dГ­a para sГ­ misma.

En lugar de borrarlo, lo habГ­a llevado consigo a todas partes en un estado de indecisiГіn.

Estaba en su cartera en este momento.

“Estoy bastante segura de que ese archivo es importante”, dijo Roston. “De hecho, podría contener información que necesito para poner a Hatcher tras las rejas de una vez por todas. Y las dos queremos eso. No me cabe duda”.

Riley tragГі grueso.

“No debo decir nada”, pensó.

Pero todo lo que Roston acababa de decir tenГ­a sentido.

Esa unidad USB podrГ­a ser la clave para liberar a Riley de las garras de Shane Hatcher.

La expresiГіn de Roston se suavizГі un poco.

“Agente Paige, voy a hacerte una promesa solemne. Si me das esa información, nadie sabrá que la retuviste. No se lo diré a nadie. Jamás”.

Riley sentГ­a que su resistencia estaba perdiendo la pelea.

Sus instintos le aseguraban que Roston estaba siendo sincera.

AlcanzГі su cartera, sacГі la unidad USB, y se la entregГі a la agente mГЎs joven. Los ojos de Roston se abrieron un poco, pero no dijo ni una palabra. Solo asintiГі y se metiГі la unidad en el bolsillo.

Riley se sentГ­a desesperada por romper el silencio.

“¿Algo más que quieras discutir, agente Roston?”.

La agente mГЎs joven se echГі a reГ­r.

“Por favor llámame Jenn. Todos mis amigos lo hacen”.

Riley mirГі a Roston con incertidumbre mientras se levantГі de su silla.

“Eso sí, no presumiré llamarte otra cosa que agente Paige. No hasta que te sientas cómoda con que te llame por tu nombre. Pero por favor llámame Jenn. Insisto”.

Roston saliГі de la sala, dejando a Riley atГіnita.



*



Riley se dispuso a terminar el papeleo que tenГ­a pendiente en su oficina. Cada vez que no estaba trabajando en un caso, parecГ­a que toneladas de trГЎmites burocrГЎticos y aburridos esperaban por ella.

Siempre era desagradable. Pero hoy le estaba costando mГЎs centrarse en lo que estaba haciendo. Le preocupada mucho que quizГЎs acababa de cometer un error terriblemente estГєpido.

¿Por qué le entregó ese archivo a Jennifer Roston, o “Jenn”, como ahora insistía en que Riley la llamara?

Era demasiado confuso.

ВїPor quГ© se lo habГ­a entregado a esta agente en particular, cuando no se lo habГ­a mostrado a nadie? ВїCГіmo podГ­a una agente joven y ambiciosa no reportar esta transgresiГіn de Riley a sus superiores, tal vez incluso al mismГ­simo Carl Walder?

Riley podrГ­a ser arrestada en cualquier momento.

ВїPor quГ© no eliminГі el archivo?

O tambiГ©n pudo haberlo botado, como lo hizo con la pulsera de oro que Hatcher le habГ­a dado. HabГ­a sido un sГ­mbolo de su vГ­nculo con Hatcher. TambiГ©n contenГ­a un cГіdigo para comunicarse con Г©l.

Riley lo habГ­a tirado a la basura en un esfuerzo frenГ©tico por liberarse de Г©l.

Pero, por alguna razГіn, no habГ­a sido capaz de obligarse a hacer lo mismo con la unidad USB.

ВїPor quГ©?

La informaciГіn financiera que contenГ­a era sin duda suficiente para al menos limitar los movimientos y actividades de Hatcher.

Tal vez hasta suficiente para detenerlo.

Era un acertijo, al igual que muchos de los aspectos de su relaciГіn con Hatcher.

Mientras que Riley estaba ordenando papeles sobre su escritorio, su telГ©fono celular sonГі. Era un mensaje de texto de un nГєmero desconocido. Riley se quedГі sin aliento cuando vio lo que decГ­a.



ВїCreГ­as que eso me detendrГ­a? Ya movГ­ todo. Para que despuГ©s no digas que no te lo advertГ­.



A Riley le resultГі difГ­cil respirar.

“Shane Hatcher”, pensó.




CAPГЌTULO TRES


Riley se quedГі mirando el mensaje de texto, sintiendo pГЎnico en su interior.

No era difГ­cil adivinar lo que habГ­a sucedido. Jenn Roston abriГі el archivo tan pronto como ella y Riley se separaron. Jenn se enterГі de lo que habГ­a en Г©l y se puso a trabajar inmediatamente para acabar con la operaciГіn de Hatcher.

Pero, en su mensaje, el propio Hatcher le anunciГі con una actitud desafiante que Jenn no habГ­a tenido Г©xito.



Ya movГ­ todo.



Shane Hatcher todavГ­a estaba prГіfugo y estaba enojado. Con sus recursos financieros intactos, podrГ­a ser mГЎs peligroso que nunca.

“Tengo que responderle”, pensó. “Tengo que razonar con él”.

Pero ВїcГіmo? ВїQuГ© podГ­a decir para no enfurecerlo mГЎs?

Entonces se le ocurriГі que Hatcher quizГЎs no entendГ­a lo que estaba pasando.

ВїCГіmo podГ­a saber que Roston era la que estaba saboteando su red, y no Riley? Tal vez podrГ­a hacerlo comprender al menos eso.

Sus manos temblaron mientras tecleГі la respuesta.



DГ©jame explicar.



Pero cuando trató de enviar el mensaje de texto, salió marcado: “no se puede entregar”.

Riley gimiГі con desesperaciГіn.

Exactamente lo mismo le habГ­a sucedido la Гєltima vez que intentГі comunicarse con Hatcher. Г‰l le habГ­a enviado un mensaje crГ­ptico y luego no le permitiГі responderle. SolГ­a ser capaz de comunicarse con Hatcher por videollamada, mensajes de texto e incluso llamadas telefГіnicas. Pero esos dГ­as habГ­an quedado atrГЎs.

Ahora no tenГ­a forma de comunicarse con Г©l.

Pero Г©l sГ­ tenГ­a formas de llegar a ella.

La segunda frase de su nuevo mensaje era la mГЎs aterradora.



Para que despuГ©s no digas que no te lo advertГ­.



Riley recordГі de nuevo la Гєltima vez que se comunicГі con Г©l.



VivirГЎs para lamentarlo. Tu familia quizГЎs no.



Riley abriГі la boca y dijo en voz alta...

“¡Mi familia!”.

TomГі su telГ©fono celular y marcГі el nГєmero de su casa. Lo oyГі sonar y sonar. Luego oyГі su propia voz en el mensaje de la contestadora.

Riley estaba a punto de comenzar a gritar.

ВїPor quГ© nadie contestaba el telГ©fono? Las escuelas estaban de vacaciones de primavera. Se suponГ­a que las chicas estaban en casa. ВїY dГіnde estaba el ama de llaves de Riley, Gabriela?

Antes de que terminara el mensaje de la contestadora, oyГі la voz de Jilly, la chica de trece aГ±os de edad que Riley estaba en el proceso de tratar de adoptar. Jilly sonaba como si no tuviera aliento.

“Hola. Lo siento, mamá. Gabriela fue a la tienda. April, Liam y yo estábamos en el patio trasero pateando un balón de fútbol. Estamos esperando a Gabriela, debe estar por llegar”.

Riley se dio cuenta de que habГ­a estado conteniendo el aliento. Hizo un esfuerzo consciente para comenzar a respirar de nuevo.

“¿Todo bien?”, preguntó.

“Claro”, dijo Jilly. “¿Por qué no lo estaría?”.

Riley tratГі de calmarse.

“Jilly, ¿podrías hacerme el favor de mirar por la ventana del frente?”.

“Está bien”, dijo Jilly.

Riley oyГі unos pasos.

“Estoy mirando”, dijo Jilly.

“¿Aún ves la furgoneta con los agentes del FBI afuera?”.

“Sí. Y también está la del callejón. Acabo de verla cuando estaba en el patio trasero. Si ese tipo Shane Hatcher viene, esos agentes de seguro lo atraparán. ¿Pasó algo? Me estás asustando”.

Riley forzГі una risita.

“No, no pasa nada. Solo estoy comportándome como una mamá preocupada, supongo”.

“Está bien. Nos vemos”.

Riley finalizГі la llamada. AГєn se sentГ­a preocupada.

Se fue por el pasillo y directamente a la oficina de Brent Meredith.

Ella balbuceó: “Señor, yo-yo tengo que tomarme el resto del día libre”.

Meredith levantГі la mirada de su trabajo.

“¿Puedo saber por qué, agente Paige?”, preguntó.

Riley abriГі la boca, pero no podГ­a hablar. Si le explicaba que acababa de recibir una amenaza de Shane Hatcher, Вїno insistirГ­a en ver el mensaje? ВїCГіmo podrГ­a mostrГЎrselo sin confesar que acababa de darle el archivo a Jenn Roston?

Meredith se veГ­a preocupado. ParecГ­a saber que algo andaba mal, y que Riley no podГ­a hablar del asunto.

“Anda”, dijo. “Espero que todo esté bien”.

El corazГіn de Riley se llenГі de agradecimiento ante la comprensiГіn y discreciГіn de Meredith.

“Gracias, señor”, dijo.

Luego se apresurГі en salir del edificio y se subiГі a su auto para irse a casa.



*



Mientras se acercaba a su casa adosada en un vecindario tranquilo de Fredericksburg, se sintiГі aliviada al ver que la furgoneta del FBI seguГ­a ahГ­. Riley sabГ­a que habГ­a otra furgoneta estacionada en el callejГіn. A pesar de que los vehГ­culos no estaban marcados, definitivamente llamaban la atenciГіn. Pero no habГ­a nada que hacer al respecto.

Riley estacionГі su auto en la entrada, se acercГі a la furgoneta y mirГі dentro de la ventanilla del pasajero.

Dos agentes jГіvenes estaban sentados en los asientos delanteros: Craig Huang y Bud Wigton. Riley se sintiГі un poco mejor. TenГ­a a los dos agentes en alta estima, y habГ­a trabajado con Huang varias veces recientemente. Huang le habГ­a parecido demasiado entusiasta cuando llegГі a la UAC, pero estaba convirtiГ©ndose en un excelente agente. No conocГ­a a Wigton tan bien, pero tenГ­a una excelente reputaciГіn.

“¿Pasó algo?”, les preguntó Riley.

“Nada de nada”, dijo Huang.

Huang sonaba aburrido, pero Riley se sintiГі aliviada. Para ella, esa era una buena noticia. Pero Вїera tan bueno que no durarГ­a?

“¿Puedo echarle un vistazo al interior?”, preguntó Riley.

“Claro”, dijo Huang.

La puerta lateral de la furgoneta sin ventanas se abriГі, y Riley entrГі y encontrГі a otra agente, Grace Lochner. Riley sabГ­a que Grace tambiГ©n tenГ­a una excelente reputaciГіn en la UAC.

Lochner estaba sentada frente a una serie de pantallas de video. Se volviГі hacia Riley con una sonrisa.

“¿Qué es esto?”, preguntó Riley.

Al parecer ansiosa de mostrar la tecnologГ­a a su disposiciГіn, Lochner seГ±alГі un par de pantallas que mostraban vistas aГ©reas de la vecindad.

Ella dijo: “Aquí tenemos imágenes satelitales en tiempo real que muestran todo en un radio de casi un kilómetro. Nadie puede acercarse aquí sin que nos demos cuenta”.

Riendo un poco, Lochner agregó: “Me alegra de que vivas en un vecindario tranquilo. Así no tenemos que hacerle seguimiento a tantas personas”.

Ella seГ±alГі varias pantallas que mostraban mГЎs actividad.

Le dijo: “Tenemos cámaras ocultas por el vecindario para ver lo que está pasando más de cerca. Podemos verificar la matrícula de cualquier vehículo que se aproxima”.

OyГі una voz sobre un intercomunicador.

“¿Tienen visita?”.

Lochner respondió: “La agente Paige pasó por la furgoneta para saludarnos”.

La voz dijo: “Hola, agente Paige. Habla el agente Cole, desde el vehículo atrás de tu casa. Tengo a los agentes Cypher y Hahn conmigo también”.

Riley sonriГі. Todos esos eran nombres conocidos de agentes respetados.

Riley dijo: “Me alegra que estén aquí”.

“Lo hacemos con gusto”, dijo el agente Cole.

A Riley le impresionГі la comunicaciГіn entre las dos furgonetas. VeГ­a la furgoneta detrГЎs de su casa en algunas de las pantallas de Lochner. Obviamente, nada le podГ­a pasar a cualquiera de los equipos sin que el otro equipo se enterara de inmediato.

A Riley tambiГ©n le alegraba el despliegue de armamento almacenado dentro de la furgoneta. El equipo tenГ­a suficientes armas para luchar contra un pequeГ±o ejГ©rcito si fuera necesario.

Pero no pudo evitar preguntarse si serГ­a suficiente para combatir a Shane Hatcher. SaliГі de la furgoneta y se dirigiГі hacia su casa, diciГ©ndose a sГ­ misma que no debГ­a preocuparse. CreГ­a que no era posible que ni siquiera Shane Hatcher pudiera frustrar toda esta seguridad.

Aun asГ­, no pudo evitar recordar el mensaje de texto que acababa de recibir.



Para que despuГ©s no digas que no te lo advertГ­.




CAPГЌTULO CUATRO


Cuando Riley entrГі en su casa, el lugar se sintiГі siniestramente vacГ­o.

“Llegué”, dijo en voz alta.

Pero nadie respondiГі.

“¿Dónde están?”, pensó. Comenzó a entrar en pánico.

ВїEra posible que Shane Hatcher habГ­a violado toda la seguridad despuГ©s de todo?

Riley se esforzГі por no imaginar lo que pudo haber pasado si lo hubiera hecho. Su pulso y respiraciГіn se aceleraron mientras corriГі a la sala de estar.

Sus tres hijos, April, Liam y Jilly, estaban allГ­. April y Liam estaban jugando ajedrez y Jilly estaba jugando un videojuego.

“¿No me oyeron llegar?”, preguntó.

Los tres la miraron con expresiones vacГ­as. Obviamente estaban concentrados en lo que estaban haciendo.

Estaba a punto de preguntarles dГіnde estaba Gabriela cuando oyГі la voz de su ama de llaves detrГЎs de ella.

“Hola, Riley. Veo que ya llegaste. Estaba abajo y creí haber oído la puerta”.

Riley le sonriГі a la mujer guatemalteca robusta.

“Sí, acabo de llegar”, dijo ella, respirando con más tranquilidad ahora.

Con un movimiento de cabeza y una sonrisa de bienvenida, Gabriela se volviГі y se dirigiГі hacia la cocina.

April levantГі la mirada del juego que estaba jugando con Liam.

“¿Todo bien, mamá? Te ves un poco agitada”.

“Estoy bien”, dijo Riley.

April volviГі su atenciГіn al juego.

Riley se tomГі un momento para admirar lo madura que se veГ­a su hija de quince aГ±os de edad. April era delgada, alta y de cabello oscuro, con los ojos color avellana de Riley. April habГ­a pasado por muchas situaciones mortales en estos Гєltimos meses. Pero ella parecГ­a estar muy bien ahora.

Riley mirГі a Jilly, una niГ±a mГЎs pequeГ±a con piel color oliva y ojos oscuros y grandes. Riley estaba en el proceso de adoptarla. Ahora mismo, Jilly estaba sentada frente a una gran pantalla, disparГЎndoles a tipos malos.

Riley frunciГі el ceГ±o un poco. No le gustaban los videojuegos violentos. Para ella, hacГ­an que la violencia, especialmente la violencia con armas, pareciera demasiado atractiva. CreГ­a que tenГ­an especialmente una mala influencia en los niГ±os.

Sin embargo, Riley consideraba que tal vez estos juegos eran inofensivos en comparaciГіn con la propia experiencia de Jilly. DespuГ©s de todo, la chica de trece aГ±os de edad habГ­a sobrevivido a horrores reales. Riley habГ­a encontrado a Jilly tratando de vender su cuerpo por desesperaciГіn. Gracias a Riley, Jilly tenГ­a una oportunidad de una vida mejor.

Liam levantГі la mirada del tablero de ajedrez.

“Hola, Riley. Me preguntaba…”.

VacilГі antes de hacer la pregunta.

Liam era el reciГ©n llegado de la familia. Riley no tenГ­a planes de adoptar al chico alto y desgarbado de cabello rojo y ojos azules, pero lo habГ­a rescatado de un padre borracho que lo golpeaba. Necesitaba un lugar para vivir en este momento.

“¿Qué pasa, Liam?”, preguntó Riley.

“¿Puedo ir a una competencia de ajedrez mañana?”.

“¿Puedo ir contigo?”, preguntó April.

Riley volviГі a sonreГ­r. Liam y April habГ­an estado saliendo cuando Liam se vino a vivir aquГ­ en la sala de estar, pero habГ­an prometido mantener esa relaciГіn en pausa por los momentos. TenГ­an que ser hermanos solamente, segГєn las palabras de Gabriela.

A Riley le agradaba mucho Liam, mГЎs aГєn debido a la influencia positiva que el niГ±o brillante tenГ­a sobre April. HabГ­a logrado que April se interesara en el ajedrez, las lenguas extranjeras y en el trabajo escolar en general.

“Por supuesto que pueden ir”, dijo.

Pero luego sintiГі un nudo de preocupaciГіn en la garganta. SacГі su telГ©fono celular, encontrГі algunas fotos de Shane Hatcher y se las mostrГі a los tres niГ±os.

“Pero tienen que estar alertas por si ven a Shane Hatcher”, dijo. “Tienen estas fotos en sus propios teléfonos. Recuerden exactamente cómo es. Comuníquense conmigo de inmediato si ven a alguien que se le parezca, así sea un poquito”.

Liam y April miraron a Riley con sorpresa.

“Ya nos dijiste esto”, dijo Jilly. “Y hemos visto esas fotos miles de veces. ¿Pasó algo?”.

Riley vacilГі por un momento. No querГ­a asustar a los chicos. Pero sentГ­a que tenГ­an que ser advertidos.

“Recibí un mensaje de Hatcher hace un rato”, dijo. “Fue...”.

Ella vacilГі de nuevo.

“Fue una amenaza. Es por eso que quiero que todos ustedes estén especialmente alertas”.

Para sorpresa de Riley, Jilly le sonriГі.

“¿Esto decir que podemos faltar a la escuela cuando se acaben las vacaciones de primavera?”, preguntó.

La indiferencia de Jilly sorprendiГі a Riley. Pero tal vez Jilly tenГ­a razГіn. QuizГЎs no deberГ­an ir a la escuela. Y quizГЎs Liam y April no deberГ­an ir a esa competencia de ajedrez maГ±ana.

Antes de que pudiera pensar las cosas, April dijo: “No seas tonta, Jilly. Por supuesto que iremos a la escuela. No podemos poner nuestras vidas en espera”.

Luego, volviéndose a Riley, April agregó: “No es una amenaza real. Hasta yo lo sé. ¿Recuerdas lo que sucedió en enero?”.

Riley lo recordaba muy bien. Hatcher habГ­a salvado a April y al ex esposo de Riley, Ryan, de un asesino que querГ­a vengarse de Riley. TambiГ©n recordГі cГіmo Shane Hatcher le habГ­a entregado al asesino atado y amordazado para que Riley se encargara de Г©l como quisiera.

April continuó: “Hatcher no nos haría daño. Se esforzó mucho por salvarme”.

“Tal vez April tiene razón”, pensó Riley. Pero igual le alegraba que los agentes estaban apostados afuera.

April se encogió de hombros y agregó: “La vida sigue. Tenemos que seguir haciendo lo que hacemos”.

Jilly dijo: “Y eso va para ti también, mamá. Es bueno que llegaste a casa temprano. Tienes un montón de tiempo para prepararte para esta noche”.

Por un segundo, Riley no entendiГі de quГ© estaba hablando Jilly.

Luego recordГі. TenГ­a una cita esta noche con su ex vecino guapo, Blaine Hildreth. Blaine era el dueГ±o de uno de los mejores restaurantes informales aquГ­ en Fredericksburg. VendrГ­a a recoger a Riley para llevarla a cenar.

April se puso de pie de inmediato.

“¡Verdad!”, dijo. “Vamos, mamá. Subamos a tu habitación. Te ayudaré a escoger un atuendo”.



*



MГЎs tarde esa noche, Riley estaba sentada en el patio alumbrado por velas en El Grill de Blaine, disfrutando de un clima maravilloso, excelente comida y compaГ±Г­a encantadora. Al otro lado de la mesa estaba sentado Blaine, tan guapo como de costumbre. Era solo un poco mГЎs joven que Riley, delgado y en forma, con unas entradas que parecГ­an no molestarlo en absoluto.

Era un gran conversador. Mientras comГ­an una deliciosa cena de pasta con pollo, charlaron sobre temas de actualidad, recuerdos de tiempos y viajes pasados y de acontecimientos en Fredericksburg.

A Riley le alegraba que su conversaciГіn ni una sola vez se habГ­a desviado a su trabajo en la UAC. Ella no estaba de humor para siquiera pensar en eso. Blaine pareciГі haberse dado cuenta y se mantuvo alejado del tema. Algo que a Riley le gustaba de Blaine era su sensibilidad a sus estados de ГЎnimo.

De hecho, habГ­a muy poco acerca de Blaine que a Riley no le gustaba. SГ­, era cierto que habГ­an tenido una pequeГ±a pelea no hace mucho. Blaine habГ­a tratado de darle celos a Riley con una amiga, y lo habГ­a logrado. Ahora ambos se reГ­an de lo infantiles que se habГ­an comportado.

Tal vez era por el vino, pero Riley se sentГ­a calientita y relajada en su interior. Blaine era buen compaГ±Г­a, un hombre recientemente divorciado como Riley que estaba ansioso de seguir adelante con su vida sin saber muy bien exactamente cГіmo hacerlo.

El postre finalmente llegó, un pastel de queso de frambuesa, el favorito de Riley. Sonrió un poco al recordar la forma en que April había llamado a Blaine en secreto antes de una cita anterior para decirle algunas de las cosas favoritas de Riley, incluyendo el pastel de queso de frambuesa y su canción favorita: “One More Night” de Phil Collins.

Mientras disfrutaba de su pastel de queso, Riley hablГі de sus hijos, sobre todo de lo bien que Liam se estaba adaptando.

“Estaba un poco preocupada al principio”, admitió. “Pero es un muy buen chico, y a todos nos encanta tenerlo en casa”.

Riley hizo una breve pausa. ParecГ­a un lujo tener a alguien con quien hablar de sus dudas y preocupaciones domГ©sticas.

“Blaine, no sé qué voy a hacer con Liam a largo plazo. Simplemente no lo puedo enviar de nuevo a ese padre borracho que tiene, y solo Dios sabe qué ha sido de su madre. Pero no creo que pueda adoptarlo. Adoptar a Jilly ha sido realmente complicado y su adopción no está finalizada todavía. No sé si pueda volver a pasar por eso”.

Blaine le sonriГі con compasiГіn.

“Tómate las cosas un día a la vez”, dijo. “Y sé que lo que harás será lo mejor para él”.

Riley negГі con la cabeza con tristeza.

“Ojalá lo supiera a ciencia cierta”, dijo.

Blaine se inclinГі sobre la mesa y la tomГі de la mano.

“Bueno, tendrás que creerme”, le dijo. “Lo que ya has hecho por Liam y Jilly es maravilloso y generoso. Te admiro mucho por eso”.

Riley sintiГі un nudo en la garganta. ВїCon quГ© frecuencia alguien le decГ­a cosas asГ­? A menudo era elogiada por su trabajo en la UAC, e incluso habГ­a recibido una medalla de la perseverancia hace poco. Pero ella no estaba acostumbrada a ser alabada por cosas simples y meramente humanas. No sabГ­a cГіmo tomarlo.

Luego Blaine dijo: “Eres una buena mujer, Riley Paige”.

A Riley se le llenaron los ojos de lГЎgrimas. Se rio con nerviosismo mientras se las secГі.

“Ay, mira lo que has hecho”, le dijo ella. “Me hiciste llorar”.

Blaine se encogiГі de hombros, y su sonrisa se ensanchГі aГєn mГЎs.

“Lo siento. Solo trato de ser brutalmente honesto. La verdad a veces duele, supongo”.

Se rieron juntos por unos momentos.

Finalmente, Riley dijo: “Pero no he te preguntado cómo está Crystal. ¿Cómo le está yendo?”.

Blaine mirГі hacia otro lado con una sonrisa agridulce.

“Crystal está bien, tiene buenas calificaciones, está feliz y alegre. Está de viaje ahora por las vacaciones de primavera, en la playa con sus primos y mi hermana”.

Blaine suspiró un poco. “Solo han pasado un par de días, pero es increíble lo rápido que comienzo a extrañarla”.

Riley estaba a punto de comenzar a llorar de nuevo. HabГ­a sabido desde el principio que Blaine era un padre maravilloso. ВїCГіmo serГ­a estar en una relaciГіn permanente con Г©l?

“Ve con cuidado”, se dijo a sí misma. “No hay razón para apresurar las cosas”.

Casi se habГ­a terminado su pastel de queso de frambuesa.

“Gracias, Blaine”, dijo. “Esta noche ha sido estupenda”.

Mirándolo a los ojos, agregó: “No quiero que se acabe”.

Blaine le apretГі la mano, sus ojos fijados en ella.

“¿Quién dijo que tiene que acabarse?”, le preguntó.

Riley sonriГі. SabГ­a que su sonrisa era respuesta suficiente a su pregunta.

DespuГ©s de todo, Вїpor quГ© deberГ­a terminar? El FBI estaba protegiendo a su familia y no habГ­a un nuevo asesino exigiendo su atenciГіn.

Tal vez habГ­a llegado el momento de disfrutar.




CAPГЌTULO CINCO


A George Tully no le gustaba cГіmo se veГ­a un cierto pedazo de tierra por el camino. No sabГ­a exactamente por quГ©.

“Nada de qué preocuparse”, se dijo a sí mismo. La luz de la mañana probablemente solo le estaba jugando una mala pasada.

RespirГі aire fresco profundamente. Luego se inclinГі y cogiГі un puГ±ado de tierra suelta. Como siempre, se sentГ­a suave y lujosa. TambiГ©n olГ­a bien, rica en nutrientes de las Гєltimas cosechas de maГ­z.

“La gran tierra de Iowa”, pensó mientras la tierra se deslizaba entre sus dedos.

Estas tierras habГ­an estado en la familia de George durante aГ±os, por lo que habГ­a conocido estas tierras finas toda su vida. Sin embargo, nunca se cansГі de ellas, y su orgullo de cultivar las tierras mГЎs ricas del mundo nunca menguГі.

LevantГі la mirada a los campos que se extendГ­an tan lejos que no los alcanzaba ver todos. La tierra habГ­a sido cultivada durante un par de dГ­as. Estaba lista y en espera de granos de maГ­z pГєrpura cubiertos con insecticida que serГ­an colocados donde pronto aparecerГ­a cada nuevo tallo de maГ­z.

No habГ­a sembrado antes debido al clima. Por supuesto, nunca habГ­a una forma de estar seguro de que una helada no llegarГ­a a estas alturas del aГ±o y arruinarГ­a la cosecha. RecordГі en ese momento una tormenta de nieve monstruosa de abril que ocurriГі en los aГ±os 70 que tomГі a su padre por sorpresa. Pero a lo que George sintiГі un soplo de aire caliente y vio unas nubes altas en el cielo, se sintiГі muy seguro de que todo saldrГ­a bien.

“Hoy es el día”, pensó.

Mientras George estaba allГ­ mirando, su ayudante Duke Russo llegГі conduciendo un tractor que arrastraba una sembradora de doce metros de largo detrГЎs de Г©l. La sembradora sembrarГ­a diecisГ©is filas a la vez, a setenta y seis centГ­metros de distancia, un grano a la vez, depositarГ­a abono sobre cada uno, cubrirГ­a la semilla y seguirГ­a adelante.

Los hijos de George, Roland y Jasper, habГ­an estado de pie en el campo a la espera de la llegada del tractor, y se dirigГ­an hacia Г©l mientras retumbaba a lo largo de un lado del campo. George sonriГі. Duke y los muchachos hacГ­an un buen equipo. No habГ­a necesidad de que George se quedara para la siembra. SaludГі a los tres hombres con la mano y luego se volviГі para regresar a su camioneta.

Pero ese parche extraГ±o de tierra cerca de la carretera le llamГі la atenciГіn de nuevo. ВїQuГ© estaba mal? ВїEl arado cincel habГ­a pasado por alto ese parche? No lo creГ­a posible.

Tal vez una marmota habГ­a estado cavando allГ­.

Pero a lo que se acercГі al lugar, vio que ninguna marmota habГ­a hecho esto. No habГ­a ninguna abertura, y el suelo habГ­a sido aplanado.

ParecГ­a que algo habГ­a sido enterrado allГ­.

George gruГ±Гі por lo bajo. Algunos vГЎndalos y bromistas a veces le causaban problemas. Hace un par de aГ±os, algunos niГ±os del pueblo cercano de Angier robaron un tractor y lo usaron para derribar un cobertizo. MГЎs recientemente, otros habГ­an pintado obscenidades con spray sobre las cercas y paredes e incluso su ganado.

Era exasperante, e hiriente.

George no tenГ­a idea de por quГ© los niГ±os se esforzaban tanto por darle problemas. Nunca les habГ­a hecho ningГєn daГ±o. HabГ­a reportado los incidentes a Joe Sinard, el jefe de policГ­a de Angier, pero nunca se hizo nada al respecto.

“¿Ahora qué hicieron estos bastardos?”, dijo en voz alta, tocando el suelo con el pie.

Supuso que debГ­a averiguarlo. Lo que estaba enterrado aquГ­ podrГ­a destruir su equipo.

Se volviГі hacia su tripulaciГіn y agitГі una mano para que Duke detuviera el tractor. Cuando Г©l apagГі el motor, George les gritГі a sus hijos:

“Jasper, Roland, tráiganme la pala que está en el asiento del tractor”.

“¿Qué pasa, papá?”, respondió Jasper.

“No sé. Solo hazlo”.

Un momento mГЎs tarde, Duke y los chicos estaban caminando hacia Г©l. Jasper le entregГі una pala a su padre.

Mientras el grupo observaba con curiosidad, George empezГі a meter la pala en el suelo. Mientras lo hacГ­a, un olor extraГ±o y agrio se encontrГі con sus fosas nasales.

SintiГі una oleada de temor instintivo.

“¿Qué demonios hay aquí?”, pensó.

SacГі bastante tierra con la pala hasta que chocГі con algo sГіlido, pero suave.

CavГі con mГЎs cuidado, tratando de destapar lo que fuera. Pronto algo pГЎlido apareciГі a la vista.

A George le tomГі unos minutos entender lo que era.

“¡Dios mío!”, exclamó, con el estómago revuelto de horror.

Era una mano, la mano de una mujer joven.




CAPГЌTULO SEIS


A la maГ±ana siguiente, Riley estaba mirando a Blaine preparar un desayuno de Huevos Benedict con jugo de naranja reciГ©n exprimido y cafГ©. PensГі que hacer el amor apasionadamente no se limitaba a ex esposos. Y que despertar alegre con un hombre era algo nuevo para ella.

Se sentГ­a agradecida por esta maГ±ana, y agradecida con Gabriela, quien le asegurГі que se ocuparГ­a de todo cuando Riley llamГі la noche anterior. Pero no podГ­a evitar preguntarse si una relaciГіn como esta podrГ­a sobrevivir, dadas las muchas otras complicaciones de su vida.

Riley decidiГі ignorar esa pregunta y centrarse en la deliciosa comida. Pero mientras comГ­an, se dio cuenta de que la mente de Blaine parecГ­a estar en otro lugar.

“¿Qué pasa?”, le preguntó.

Blaine no respondiГі. Se veГ­a inquieto, mirando de un lugar a otro.

ExperimentГі una sensaciГіn repentina de preocupaciГіn. ВїQuГ© pasaba?

ВїEstaba teniendo dudas sobre lo sucedido la noche anterior? ВїNo estaba tan contento con esto como ella?

“Blaine, ¿qué pasa?”, preguntó Riley, su voz temblando un poco.

Después de una pausa, Blaine dijo: “Riley, simplemente no me siento... seguro”.

Riley intentГі darle sentido a lo que Blaine habГ­a dicho. ВїTodo el calor y el afecto que habГ­an compartido desde su cita habГ­an desaparecido? ВїQuГ© habГ­a sucedido entre ellos para cambiar todo de esta forma?

“N-n-no entiendo”, tartamudeó Riley. “¿Cómo que no te sientes seguro?”.

Blaine vaciló, y luego dijo: “Creo que necesito comprar un arma. Para tener con qué protegerme en mi casa”.

Sus palabras sacudieron a Riley. No habГ­a esperado esto.

“Pero tal vez debí haberlo esperado”, pensó.

Sentada al otro lado de la mesa de Г©l, podГ­a ver una cicatriz en su mejilla derecha. Esa cicatriz le habГ­a sido ocasionada el noviembre pasado en la propia casa de Riley, cuando tratГі de proteger a April y Gabriela de un atacante en busca de venganza.

Riley recordГі la terrible culpa que sintiГі cuando vio a Blaine inconsciente en una cama de hospital despuГ©s de lo sucedido.

Y ahora sentГ­a esa culpa de nuevo.

ВїBlaine nunca se sentirГ­a seguro con Riley en su vida? ВїJamГЎs sentirГ­a que su hija podrГ­a estar a salvo?

ВїY una pistola era lo que realmente necesitaba para sentirse mГЎs seguro?

Riley negГі con la cabeza.

“No sé, Blaine”, dijo. “No me gusta mucho la idea de que civiles mantengan armas en sus casas”.

Tan pronto como las palabras salieron de su boca, Riley se dio cuenta de lo condescendientes que sonaron.

No sabГ­a por la expresiГіn de Blaine si se habГ­a sentido ofendido por sus palabras o no. ParecГ­a estar esperando a que continuara.

Riley tomГі un sorbo de cafГ© para organizar sus pensamientos.

Ella dijo: “¿Sabías que, estadísticamente, las armas domésticas tienen mayores probabilidades de ocasionar homicidios, suicidios y muertes accidentales que de defender una casa con éxito? De hecho, los propietarios de armas corren un mayor riesgo de convertirse en víctimas de homicidio que las personas que no son propietarias de armas de fuego”.

Blaine asintiГі.

“Sí, sé todo eso”, dijo. “He estado investigando. También sé acerca de las leyes de defensa propia de Virginia. Y que este estado permite la portación a la vista”.

Riley inclinГі la cabeza con aprobaciГіn.

“Bueno, ya estás mejor preparado que la mayoría de las personas que deciden comprar un arma. Aun así…”.

DejГі que las palabras quedaran en el aire. Estaba reacia a decir lo que tenГ­a en mente.

“¿Qué pasa?”, preguntó Blaine.

Riley respirГі profundamente.

“Blaine, ¿comprarías un arma si yo no formara parte de tu vida?”.

“Ay, Riley...”.

“Dime la verdad. Por favor”.

Blaine se quedГі mirando su cafГ© por un momento.

“No, no lo haría”, dijo finalmente.

Riley se inclinГі sobre la mesa y tomГі la mano de Blaine.

“Eso es justo lo que pensaba. Y estoy segura de que puedes entender cómo me hace sentir. Me importas mucho, Blaine. Es terrible saber que tu vida es más peligrosa por mí”.

“Yo entiendo”, dijo Blaine. “Pero quiero que tú me digas la verdad sobre algo. Y espero no te lo tomes a mal”.

Riley se preparГі en silencio para lo que Blaine estaba a punto de preguntarle.

“¿Tus sentimientos realmente son un argumento válido para no comprar un arma? Digo, ¿no es un hecho de que estoy en más peligro que cualquier ciudadano promedio? ¿Y que debería ser capaz de defenderme y de defender a Crystal... y tal vez incluso de defenderte a ti?”.

Riley se encogiГі un poco. Se sentГ­a triste de admitГ­rselo a sГ­ misma, pero Blaine tenГ­a razГіn.

Si una pistola lo harГ­a sentirse mГЎs seguro y protegido, deberГ­a tener una.

TambiГ©n estaba segura de que serГ­a muy responsable con ella.

“Está bien”, dijo ella. “Después del desayuno nos iremos de compras”.



*



MГЎs tarde esa maГ±ana, Blaine entrГі en una tienda de armas con Riley. Blaine se preguntГі si estaba cometiendo un error. HabГ­a un montГіn de armas temibles en las paredes y en las vitrinas. Nunca habГ­a disparado un arma, a menos que la pistola de aire comprimido que habГ­a tenido de niГ±o contara como una.

“¿En qué me estoy metiendo?”, pensó.

Un hombre alto, con barba y una camisa a cuadros se movГ­a entre la mercancГ­a.

“¿Qué se les ofrece?”, preguntó.

Riley dijo: “Estamos en busca de un arma doméstica para mi amigo”.

“Bueno, estoy seguro de que tenemos algo aquí que le sirva”, dijo el hombre.

Blaine se sentГ­a incГіmodo bajo la mirada del hombre. Supuso que no todos los dГ­as una mujer atractiva traГ­a a su novio aquГ­ para ayudarle a elegir un arma.

Blaine no pudo evitar sentirse avergonzado. Incluso se sentГ­a avergonzado por sentir vergГјenza. No creГ­a ser el tipo de hombre que se sentГ­a inseguro sobre su masculinidad.

Mientras Blaine tratГі de relajarse, el vendedor de armas observГі la propia arma lateral de Riley con aprobaciГіn.

“Ese modelo Glock 22 que tiene es excelente, señora”, dijo. “Una profesional de la aplicación de la ley, ¿cierto?”.

Riley sonriГі y le mostrГі su placa.

El hombre seГ±alГі una fila de armas similares en una vitrina.

“Bueno, tengo muchas Glock allá. Me parece una excelente opción”.

Riley mirГі las armas y luego mirГі a Blaine, como para pedirle su opiniГіn.

Blaine no pudo hacer nada mГЎs que encogerse de hombros y ruborizarse. Deseaba haber dedicado el mismo tiempo a investigar armas que habГ­a dedicado a la investigaciГіn de estadГ­sticas y leyes.

Riley negГі con la cabeza.

“No creo que una semiautomática es exactamente lo que estamos buscando”, dijo ella.

El hombre asintiГі con la cabeza.

“Sí, son un poco complicadas, especialmente para alguien que no tiene experiencia con armas. Las cosas pueden salir mal”.

Riley asintió, añadiendo: “Sí, como fallos de encendido, balas atascadas, etcétera”.

El hombre dijo: “Por supuesto, esos no son problemas reales para una agente experimentada de la FBI como usted. Tal vez un revólver sea lo mejor para él”.

El hombre los acompaГ±Гі hasta una vitrina llena de revГіlveres.

Los ojos de Blaine se sintieron atraГ­dos por algunas de las armas de fuego con caГ±ones mГЎs cortos.

Al menos se veГ­an menos intimidantes.

“¿Qué tal ese?”, dijo, señalando uno.

El hombre abriГі la vitrina, sacГі la pistola y se la dio a Blaine. El arma se sintiГі extraГ±a en su mano. No podГ­a decidir si era mГЎs pesada o mГЎs ligera de lo que esperaba.

“Un Ruger SP101”, dijo el hombre. “Es una buena opción”.

Riley mirГі el arma con reservas.

“Creo que estamos buscando algo con un cañón de diez centímetros”, dijo. “Algo que absorba mejor el retroceso”.

El hombre asintiГі de nuevo.

“Sí. Bueno, creo que tengo exactamente lo que están buscando”.

MetiГі la mano en la vitrina y sacГі otra pistola mГЎs grande. Se la dio a Riley, quien la examinГі con aprobaciГіn.

“Sí, definitivamente”, dijo. “Una Smith and Wesson 686”.

Luego le sonriГі a Blaine y le entregГі el arma.

“¿Qué te parece?”, dijo Riley.

Esta arma mГЎs larga se sentГ­a aГєn mГЎs extraГ±a en su mano que el arma mГЎs pequeГ±a. Lo Гєnico que pudo hacer fue sonreГ­rle a Riley con timidez. Ella le sonriГі de vuelta. SabГ­a por su expresiГіn que finalmente habГ­a reconocido lo incГіmodo que se estaba sintiendo.

Se volvió hacia el dueño y dijo: “Nos la llevaremos. ¿Cuánto cuesta?”.

A Blaine le sorprendiГі el precio del arma, pero estaba seguro de que Riley sabГ­a si este era un buen trato o no.

TambiГ©n le sorprendiГі bastante lo fГЎcil que fue hacer la compra. El hombre le pidiГі dos pruebas de identidad, y Blaine le ofreciГі su licencia de conducir y su tarjeta de inscripciГіn para votar. Luego Blaine llenГі un formulario corto y simple dando su consentimiento para ser sometido a una verificaciГіn de antecedentes. La verificaciГіn computarizada tomГі solo un par de minutos, y Blaine fue autorizado para comprar su arma.

“¿Qué tipo de munición quiere?”, preguntó el hombre mientras finalizaba la venta.

Riley dijo: “Denos una caja de Federal Premium de bajo retroceso”.

Unos momentos despuГ©s, Blaine se convirtiГі en propietario de un arma.

Se quedГі ahГ­ mirando el arma intimidante, que estaba sobre el mostrador en una caja de plГЎstico abierta, situada entre espuma protectora. Blaine le dio las gracias al hombre, cerrГі la caja y se volviГі para irse.

“Espere un momento”, dijo el hombre alegremente. “¿No quiere probar su arma?”,

El hombre llevГі a Riley y Blaine a travГ©s de una puerta en la parte trasera de la tienda que daba a un gran campo de tiro bajo techo. Luego dejГі a Riley y Blaine por su cuenta. A Blaine le alegraba estar solo con Riley en este momento.

Riley seГ±alГі la lista de reglas en la pared, y Blaine las leyГі cuidadosamente. Luego negГі con la cabeza con inquietud.

“Riley, no me avergüenza decirte que...”.

Riley soltГі una risa.

“Ya sé. Estás un poco intimidado. Yo te explico todo paso a paso”.

Lo condujo a una de las cabinas vacГ­as, donde le colocГі los equipos de protecciГіn para sus ojos y oГ­dos. AbriГі la caja de la pistola, con cuidado de mantenerla apuntada hacia el suelo.

“¿La cargo?”, le preguntó a Riley.

“Todavía no. Primero practicaremos disparar sin balas”.

Blaine tomГі la pistola en sus manos, y Riley lo ayudГі a encontrar la posiciГіn adecuada: ambas manos sobre el mango de la pistola, pero con los dedos alejados del cilindro, sus codos y rodillas ligeramente dobladas, inclinado un poco hacia adelante. En unos momentos, Blaine se encontrГі apuntando su pistola a una forma vagamente humana sobre un blanco de papel a unos veintidГіs metros de distancia.

“Vamos a practicar la doble acción primero”, dijo Riley. “Eso es cuando no tienes que montar el martillo con cada disparo, haces todo el trabajo con el gatillo. Eso te dará una buena idea de cómo se siente el gatillo. Aprieta el gatillo suavemente, y luego suéltalo de la misma forma”.

Blaine practicГі con la pistola vacГ­a un par de veces. Luego Riley le enseГ±Гі cГіmo abrir el cilindro y llenarlo de proyectiles.

Blaine se posicionГі como antes. Se preparГі, sabiendo que sentirГ­a el retroceso, y apuntГі a la diana con cuidado.

ApretГі el gatillo y disparГі.

La fuerza del retroceso repentino lo sobresaltГі, y la pistola saltГі en su mano. BajГі el arma y mirГі el blanco. No vio ningГєn agujero en ella. Se preguntГі fugazmente cГіmo alguien podГ­a apuntar un arma que saltaba tan bruscamente.

“Vamos a trabajar en tu respiración”, dijo Riley. “Inhala lentamente mientras apuntas, luego exhala lentamente, retrocediendo el gatillo para que dispares exactamente cuando hayas terminado de exhalar. Ese es el momento en el que tu cuerpo está más inmóvil”.

Blaine volviГі a disparar. Le sorprendiГі que ahora sentГ­a mucho mГЎs control.

MirГі y vio que al menos habГ­a dado en el blanco de papel en esta ocasiГіn.

Pero cuando se preparГі para volver a disparar, un recuerdo pasГі por su mente, un recuerdo del momento mГЎs aterrador de su vida. Un dГ­a, cuando todavГ­a vivГ­a al lado de Riley, habГ­a oГ­do un ruido terrible al lado. HabГ­a corrido a la casa adosada de Riley y encontrado la puerta parcialmente abierta.

Un hombre habГ­a tirado a la hija de Riley al suelo y la estaba atacando.

Blaine habГ­a corrido hacia ellos y quitado al atacante de encima de April. Pero el hombre era demasiado fuerte, y Blaine fue golpeado fuertemente y habГ­a perdido el conocimiento.

Era un recuerdo amargo, y trajo consigo una sensaciГіn de impotencia repugnante.

Pero esa sensaciГіn se evaporГі de repente cuando sintiГі el peso de la pistola en sus manos.

RespirГі y disparГі, respirГі y disparГі, cuatro veces mГЎs hasta que el cilindro quedГі vacГ­o.

Riley presionГі un botГіn que acercГі el blanco de papel hasta la cabina.

“Nada mal para tu primer intento”, dijo Riley.

De hecho, Blaine vio que los Гєltimos cuatro tiros al menos habГ­an alcanzado dentro de la forma humana.

Pero se dio cuenta de que su corazГіn latГ­a con fuerza, y que estaba abrumado por una mezcla extraГ±a de sensaciones.

Uno de esas sensaciones era miedo.

Pero Вїmiedo de quГ©?

“Poder”, cayó en cuenta Blaine.

La sensaciГіn de poder en sus manos era asombrosa, como nada que jamГЎs habГ­a sentido antes.

Se sentГ­a tan bien que le daba miedo.

Riley le enseГ±Гі a abrir el cilindro y sacar los cartuchos vacГ­os.

“¿Suficiente por hoy?”, preguntó.

“Para nada”, dijo Blaine sin aliento. “Quiero que me enseñes todo lo que tenga que saber de esta cosa”.

Riley le sonriГі mientras Г©l volvГ­a a cargar el arma.

TodavГ­a sentГ­a su sonrisa mientras apuntaba a un nuevo blanco.

Pero en ese momento oyГі el telГ©fono celular de Riley sonar.




CAPГЌTULO SIETE


Cuando el telГ©fono celular de Riley comenzГі a sonar, los Гєltimos disparos de Blaine seguГ­an resonando en sus oГ­dos. SacГі su telГ©fono a regaГ±adientes. QuerГ­a una maГ±ana ininterrumpida con Blaine. Cuando mirГі el telГ©fono, supo que estaba a punto de sentirse decepcionada. La llamada era de Brent Meredith.

Le sorprendГ­a lo mucho que estaba disfrutando de enseГ±arle a Blaine cГіmo disparar su nueva pistola. Riley estaba segura de que esta llamada interrumpirГ­a el mejor dГ­a que habГ­a tenido en mucho tiempo.

Pero no tenГ­a otra opciГіn que contestar la llamada.

Como de costumbre, Meredith fue brusco y directo al grano.

“Tenemos un nuevo caso. Necesitamos que trabajes en él. ¿En cuánto tiempo puedes llegar a Quántico?”.

Riley contuvo un suspiro. Con Bill de licencia, Riley tenГ­a la esperanza de tener algo de tiempo libre hasta que el dolor de la muerte de Lucy menguara un poco.

“Tristemente ese no sería el caso”, pensó.

No cabГ­a duda de que viajarГ­a fuera de la ciudad en breve. ВїTendrГ­a el tiempo suficiente para correr a casa, ver a todos y cambiarse de ropa?

“En una hora”, respondió Riley.

“Te necesito aquí antes. Nos vemos en mi oficina. Y trae tu maleta”.

Meredith finalizГі la llamada sin esperar una respuesta.

Blaine estaba parado allí esperándola. Se quitó los equipos de protección ocular y auditiva y le preguntó: “¿Te llamaron del trabajo?”.

Riley suspirГі en voz alta.

“Sí, tengo que irme a Quántico de inmediato”.

Blaine asintiГі sin quejarse y descargГі el arma.

“Yo te llevo”, dijo

“No, necesito mi maleta. Y está en mi auto en casa. Me temo que necesito que me lleves a mi casa. También me temo que tengo prisa”.

“No te preocupes”, dijo Blaine, poniendo el arma en su caja cuidadosamente.

Riley le dio un beso en la mejilla.

“Parece que tendré que viajar”, dijo ella. “Odio eso. La he pasado de lo mejor contigo”.

Blaine sonriГі y le devolviГі el beso.

“Yo también la he pasado muy bien”, dijo. “No te preocupes. Continuaremos donde lo dejamos tan pronto como regreses”.

A lo que salieron del campo de tiro y llegaron de nuevo a la tienda de armas, el propietario los despidiГі con cordialidad.



*



A lo que Blaine la dejГі en su casa, Riley corriГі hacia adentro para explicarles a todos que se iba. Ni siquiera tuvo tiempo para cambiarse de ropa, pero al menos se habГ­a duchado en la casa de Blaine esta maГ±ana. Se sintiГі aliviada de que a su familia pareciГі no molestarle su repentino cambio de planes.

“Se están acostumbrando a estar sin mí”, pensó. No le gustaba mucho la idea, pero sabía que era una necesidad en una vida como la suya.

Riley verificГі que tenГ­a todo lo que necesitaba en su auto y luego hizo el corto viaje a QuГЎntico. Cuando llegГі al edificio de la UAC, se dirigiГі directamente a la oficina de Brent Meredith. Lamentablemente se encontrГі con Jenn Roston, quien estaba caminando en la misma direcciГіn por el pasillo.

Riley y Jenn hicieron contacto visual por un momento fugaz, luego ambas siguieron en silencio.

Riley se preguntГі si Jenn se sentГ­a igual de incГіmoda que ella. Ayer tuvieron una reuniГіn incГіmoda, y Riley aГєn no sabГ­a si habГ­a cometido un terrible error al entregarle a Jenn esa unidad USB.

“Pero Jenn probablemente no esté preocupada”, pensó Riley.

DespuГ©s de todo, Jenn habГ­a tenido la ventaja ayer. HabГ­a controlado la situaciГіn brillantemente para beneficio propio. Riley jamГЎs habГ­a conocido a alguien capaz de manipularla de esa forma.

Pero luego recordГі que eso no era cierto.

Shane Hatcher tambiГ©n tenГ­a esa capaz de manipularla.

Sin dejar de caminar y todavía mirando al frente, la agente más joven habló en voz baja. “No encontré nada”.

“¿Qué?”, preguntó Riley, sin dejar de caminar.

“Te hablo de la información financiera en la unidad USB. Hatcher solía tener fondos almacenados en esas cuentas. Pero el dinero fue retirado, y las cuentas fueron cerradas”.

Riley resistió el impulso de decir: “Ya sé”.

DespuГ©s de todo, Hatcher se lo habГ­a dicho ayer en su mensaje de texto amenazante.

Por un momento, Riley no supo quГ© decir. SiguiГі caminando sin hacer ningГєn comentario.

ВїJenn pensaba que Riley la habГ­a traicionado y que el archivo era falso?

Finalmente Riley dijo: “Ese archivo era lo único que tenía. No estoy reteniendo nada”.

Jenn no respondiГі. Riley deseaba saber si le creГ­a o no.

TambiГ©n se preguntГі si Hatcher estarГ­a tras las rejas en este momento si hubiera usado esa informaciГіn antes. O quizГЎs hasta muerto.

Cuando llegaron a la puerta de la oficina de Meredith, Riley se detuvo, y lo mismo hizo Jenn.

Riley se sintiГі alarmada.

Jenn obviamente tambiГ©n iba a la oficina de Meredith.

ВїPor quГ© la nueva agente estaba aquГ­ para esta reuniГіn? ВїLe habГ­a dicho a Meredith que Riley habГ­a estado reteniendo informaciГіn?

Pero Jenn se quedГі allГ­, aГєn sin hacer contacto visual.

Riley tocГі la puerta de Meredith, y luego ambas entraron.

El jefe Meredith estaba sentado detrГЎs de su escritorio, viГ©ndose tan intimidante como de costumbre.

Les dijo: “Siéntense”.

Riley y Jenn se sentaron en las sillas frente a su escritorio.

Meredith se quedГі callado por un momento.

Luego dijo: “Agente Paige, agente Roston, quiero que sepan que ahora son compañeras”.

Riley contuvo un jadeo. MirГі a Jenn Roston, cuyos ojos color marrГіn oscuro se habГ­an abierto como platos ante la noticia.

“Espero que eso no sea un problema”, dijo Meredith. “La UAC está sobrecargada de casos en este momento. Con el agente Jeffreys de licencia y todos los demás trabajando en otros casos, tienen que trabajar juntas. Ya está decidido”.

Riley cayГі en cuenta de que Meredith estaba en lo cierto. El Гєnico otro agente con el que realmente querrГ­a trabajar en este momento era Craig Huang, pero Г©l estaba ocupado vigilando su casa.

“No hay problema, señor”, le dijo Riley a Meredith.

Jenn dijo: “Será un honor para mí trabajar con la agente Paige, señor”.

Esas palabras sorprendieron a Riley un poco. Se preguntГі si Jenn las decГ­a de corazГіn.

“No te emociones mucho”, dijo Meredith. “No creo que este caso llegue a mayores. Esta misma mañana, se encontró el cuerpo de una adolescente enterrado en tierras de cultivo cerca de Angier, un pequeño pueblo de Iowa”.

“¿Un solo asesinato?”, preguntó Jenn.

“¿Por qué es un caso de la UAC?”, preguntó Riley.

Meredith tamborileГі los dedos sobre su escritorio.

“Mi conjetura es que probablemente no sea uno solo”, dijo “Otra chica desapareció antes en el mismo pueblo, y todavía no ha aparecido. Es un lugar pequeño y tranquilo, donde este tipo de cosas simplemente no suceden. La gente de por allí dice que las chicas no eran era del tipo que huiría o hablaría con extraños”.

Riley negГі con la cabeza con reservas.

“Entonces ¿por qué creen que se trata de un asesino en serie?”, preguntó. “Eso me parece un poco prematuro ya que solo tienen un cuerpo”.

Meredith se encogiГі de hombros.

“Sí, yo pienso igual. Pero el jefe de policía de Angier, Joseph Sinard, está en pánico por esto”.

La frente de Riley se arrugГі ante la menciГіn de ese nombre.

“Sinard”, dijo. “¿Dónde he escuchado ese nombre antes?”.

Meredith sonrió un poco y dijo: “Tal vez estás pensando en el asistente ejecutivo del FBI, Forrest Sinard. Joe Sinard es su hermano”.

Riley casi puso los ojos en blanco. Ahora tenГ­a sentido. Un miembro de la parte mГЎs alta de la cadena alimentaria del FBI estaba siendo molestado por un pariente, asГ­ que el caso habГ­a sido enviado a la UAC. HabГ­a sido asignada a investigaciones con motivaciones polГ­ticas de este tipo en el pasado.

Meredith dijo: “Ustedes dos tienen que ir para allá para cerciorarse de que siquiera haya un caso”.

“¿Y mi trabajo en el caso de Hatcher?”, preguntó Jenn Roston.

Meredith dijo: “Tenemos un montón de gente trabajando en eso, técnicos e investigadores por igual. Asumo que tienen acceso a toda tu información”.

Jenn asintiГі.

Meredith dijo: “Estarán bien sin ti por unos días. Aunque creo que no les tome tanto tiempo”.

Riley estaba un poco indecisa. Aparte de no estar segura de si querГ­a trabajar con Jenn Roston o no, tampoco ansiaba perder el tiempo en un caso que probablemente ni siquiera requerГ­a la intervenciГіn de la UAC.

PreferirГ­a estar ayudando a Blaine a aprender a disparar.

“O estar haciendo otras cosas con Blaine”, pensó, conteniendo una sonrisa.

“¿Cuándo nos vamos?”, preguntó Jenn.

“Tan pronto como sea posible”, dijo Meredith. “Le dije al jefe Sinard que no moviera el cuerpo hasta que llegaran. Volarán a Des Moines, donde los empleados de Sinard las recogerán y conducirán a Angier. Queda a una hora de Des Moines. Tenemos que alistar el avión. Mientras lo hacemos, no se vayan tan lejos. El despegue será en menos de dos horas”.

Riley y Jenn abandonaron la oficina de Meredith. Riley se fue directamente a su propia oficina, se sentГі por un momento y mirГі a su alrededor, perdida en sus pensamientos.

“Des Moines”, pensó.

Solo habГ­a estado allГ­ un par de veces, pero allГ­ es donde vivГ­a su hermana mayor, Wendy. Riley y Wendy, distanciadas desde hace muchos aГ±os, se habГ­an puesto en contacto el pasado otoГ±o, cuando su padre se estaba muriendo. Wendy estuvo con papГЎ cuando muriГі.

Pensar en Wendy la hacГ­a sentirse culpable, y tambiГ©n despertaba otros recuerdos perturbadores. PapГЎ habГ­a sido muy duro con la hermana de Riley, y Wendy se habГ­a escapado de casa a los quince aГ±os. En ese entonces Riley solo tenГ­a cinco. Tras la muerte de su padre, se habГ­an comprometido a mantenerse en contacto, pero hasta el momento solo habГ­an hablado por videollamada.

Riley sabГ­a que deberГ­a visitar a Wendy si tuviera la oportunidad. Pero, obviamente, no de inmediato. Meredith habГ­a dicho que Angier quedaba a una hora de Des Moines y que la policГ­a local las recogerГ­a en el aeropuerto.

“Tal vez pueda verme con Wendy antes de volver a Quántico”, pensó.

Ahora tenГ­a un poco de tiempo libre hasta el despegue del aviГіn de la UAC.

Y habГ­a alguien a quien querГ­a ver.

Estaba preocupada por su compaГ±ero de muchos aГ±os, Bill Jeffreys. VivГ­a cerca de la oficina central, pero llevaba varios dГ­as sin verlo. Bill estaba lidiando con TEPT, y Riley sabГ­a por su propia experiencia lo difГ­cil que era recuperarse de eso.

SacГі su telГ©fono celular y tecleГі un mensaje de texto.



Quiero irte a visitar. ВїEstГЎs en casa?



Ella esperó unos momentos. El mensaje estaba marcado como “entregado”, pero aún no leído.

Riley suspirГі un poco. No tenГ­a tiempo para esperar que Bill chequeara sus mensajes. Si querГ­a verlo antes de irse, tenГ­a que pasar por su casa ahora mismo con la esperanza de que estuviera ahГ­.



*



El viaje del edificio de la UAC al pequeГ±o apartamento de Bill en el pueblo de QuГЎntico fue corto. Cuando estacionГі su auto y se dirigiГі hacia el edificio, volviГі a percatarse de lo deprimente que era.

El edificio de departamentos en sГ­ no tenГ­a nada de malo. Era un edificio de ladrillos ordinario, no un inquilinato ni nada por el estilo. Pero Riley no pudo evitar recordar la bonita casa suburbana en la que Bill habГ­a vivido hasta su divorcio. En comparaciГіn, este lugar no tenГ­a ningГєn encanto y ahora vivГ­a solo. No era una situaciГіn feliz para su mejor amigo.

Riley entrГі en el edificio y se dirigiГі directamente hacia el apartamento de Bill que estaba ubicado en el segundo piso. TocГі la puerta y esperГі.

Nadie respondiГі. TocГі de nuevo, pero nada.

SacГі su telГ©fono celular y vio que el mensaje no habГ­a sido leГ­do.

SintiГі un nudo de preocupaciГіn en su garganta. ВїLe habГ­a pasado algo a Bill?

TomГі el pomo de la puerta y lo hizo girar.

La puerta no estaba cerrada con llave, y esta se abriГі.




CAPГЌTULO OCHO


ParecГ­a que el apartamento de Bill habГ­a sido robado. Riley se congelГі en la puerta por un momento, a punto de sacar su arma en caso de que el intruso todavГ­a estuviera aquГ­.

Luego se relajГі. Esas cosas esparcidas por todas partes eran envoltorios de comida y platos y vasos sucios. El lugar era un desastre, pero nada mГЎs estaba fuera de lugar.

LlamГі el nombre de Bill.

No oyГі ninguna respuesta.

Luego volviГі a llamar.

Esta vez le pareciГі oГ­r un gemido de un cuarto cercano.

Su corazГіn latiГі con fuerza de nuevo mientras se apresurГі a la habitaciГіn de Bill. La habitaciГіn estaba en penumbra y las persianas estaban cerradas. Bill estaba tumbado en la cama, vestido con ropa arrugada y mirando el techo.

“Bill, ¿por qué no me respondiste cuando te llamé?”, le preguntó un tanto irritada.

“Sí lo hice”, le dijo a Riley en un susurro. “No me escuchaste. Deja de hacer tanto ruido”.

Riley vio una botella de whisky americano casi vacГ­a sobre la mesita de noche. De repente entendiГі toda la escena. Se sentГі en la cama junto a Г©l.

“Pasé mala noche”, dijo Bill, tratando de forzar una sonrisa débil. “Sabes cómo es eso”.

“Sí, lo sé”, dijo Riley.

DespuГ©s de todo, la desesperaciГіn la habГ­a llevado a sus propias borracheras y resacas posteriores.

TocГі su frente sudorosa, imaginando lo enfermo que debГ­a sentirse.

“¿Cuál fue el desencadenante para que comenzaras a beber?”, le preguntó ella.

Bill gimiГі.

“Mis hijos”, dijo.

Luego se quedГі en silencio. Riley tenГ­a mucho tiempo sin ver a los dos hijos de Bill. Supuso que debГ­an tener nueve y once aГ±os ahora.

“¿Qué pasó con ellos?”, preguntó Riley.

“Ellos vinieron a visitarme ayer. Fue terrible. Toda mi casa estaba vuelta un desastre, y yo estaba muy irritable y tenso. Estaban locos por irse a casa. Riley, fue horrible. Me porté muy mal. Si se repite otra visita como esa, Maggie no me dejará volverlos a ver. Está buscando cualquier excusa para sacarlos de mi vida para siempre”.

Bill hizo un ruido parecido a un sollozo. Pero no parecГ­a tener la energГ­a para llorar. Riley sospechaba que habГ­a llorado bastante por su cuenta.

Bill dijo: “Riley, si no soy bueno como padre, ¿para qué soy bueno entonces? Ya no soy buen agente. ¿Qué me queda?”.

Riley sintiГі una punzada de tristeza en su garganta.

“Bill, no digas eso”, dijo ella. “Eres un gran padre. Y eres un gran agente. Tal vez hoy no, pero sí los demás días del año”.

Bill negГі con la cabeza.

“De seguro no me sentí como un padre ayer. Y sigo oyendo ese tiro. Sigo recordando haber entrado al edificio, haber visto a Lucy tumbada en el suelo sangrando”.

Riley sintiГі su propio cuerpo temblar un poco.

TambiГ©n lo recordaba muy bien.

Lucy habГ­a entrado a un edificio abandonado sin saber que estaba en peligro, solo para ser abatida por la bala de un francotirador momentos despuГ©s. Bill le habГ­a disparado por error a un joven que habГ­a estado tratando de ayudarla. Para cuando Riley llegГі allГ­, Lucy habГ­a usado su fuerza restante para matar al francotirador con mГєltiples disparos.

Lucy muriГі momentos despuГ©s.

Fue una escena horrible.

Era la peor situaciГіn que habГ­a vivido en su carrera.

Ella dijo: “Yo llegué mucho después de ti”.

“Sí, pero no le disparaste a un chico inocente”.

“No fue tu culpa. Estaba oscuro. No tenías forma de saberlo. Además, ese chico está bien ahora”.

Bill negГі con la cabeza. LevantГі una mano temblorosa.

“Mírame. ¿Crees que pueda volver al trabajo así?”.

Riley estaba casi enfadada. Realmente tenГ­a un aspecto terrible, ciertamente nada parecido al compaГ±ero astuto y valiente en el que habГ­a aprendido a confiar con su vida, ni al hombre guapo que le atrajo hace un tiempo. Y toda esta autocompasiГіn no le sentaba bien.

Pero se recordГі a sГ­ misma severamente:

“Yo también pasé por esto. Yo sé lo que se siente”.

Y cuando pasГі por eso, Bill siempre estuvo allГ­ para ella.

A veces tuvo que ser duro con ella.

Supuso que Г©l necesitaba un poco de eso en este momento.

“Te ves terrible”, dijo ella. “Pero tú mismo te llevaste a este punto, a estar en estas condiciones. Y eres el único que puede arreglarlo”.

Bill la mirГі a los ojos. SentГ­a que Г©l le estaba prestando atenciГіn ahora.

“Siéntate”, le dijo ella. “Recomponte”.

Bill se sentГі en el borde de la cama al lado de Riley.

“¿Ya te asignaron un terapeuta?”, le preguntó ella.

Bill asintiГі.

“¿Quién es?”, preguntó Riley.

“No importa”, dijo Bill.

“Claro que sí importa”, dijo Riley. “¿Quién es?”.

Bill no respondió. Pero Riley fue capaz de adivinar. El psiquiatra asignado de Bill era Leonard Ralston, mejor conocido por el público como “Dr. Leo”. Sintió una punzada de rabia. Pero no por Bill.

“Dios mío”, le dijo. “No me digas que el Dr. Leo. ¿De quién fue la idea? De Walder, te lo apuesto”.

“Como dije, no importa”.

Riley querГ­a sacudirlo.

“Es un loco”, le dijo ella. “Sabes eso más que nadie. Cree en la hipnosis, recuerdos recuperados, en todo tipo de basura desacreditada. ¿No recuerdas el año pasado, cuando convenció a un hombre inocente que era culpable de asesinato? A Walder le gusta el Dr. Leo porque ha escrito libros y ha estado en la televisión”.

“No voy a dejar que se meta en mi cabeza”, dijo Bill. “No voy a dejar que me hipnotice”.

Riley estaba tratando de mantener su voz bajo control.

“Ese no es el punto. Necesitas a alguien que te sea de ayuda”.

“¿Cómo quién?”, preguntó Bill.

Riley no tuvo que pensarlo mucho.

“Te prepararé un poco de café”, le dijo. “Cuando regrese, quiero que estés de pie y listo para salir de este lugar”.

En su camino a la cocina de Bill, Riley mirГі su reloj. No tenГ­a mucho tiempo. TenГ­a que actuar con rapidez.

SacГі su telГ©fono celular y marcГі el nГєmero personal de Mike Nevins, un psiquiatra forense en DC que trabajaba para el FBI de vez en cuando. Riley lo consideraba un amigo cercano, y la habГ­a ayudado a superar sus propias crisis en el pasado, incluyendo un terrible caso de trastorno de estrГ©s postraumГЎtico.

Cuando el telГ©fono de Mike comenzГі a sonar, colocГі su telГ©fono celular en altavoz, lo colocГі sobre el mostrador de la cocina y comenzГі a preparar cafГ© en la cafetera de Bill. Se sintiГі aliviada cuando Mike contestГі el telГ©fono.

“¡Riley! ¡Es bueno saber de ti! ¿Cómo están las cosas? ¿Cómo está esa creciente familia tuya?”.

El sonido de la voz de Mike era refrescante, y casi podГ­a ver al hombre bien vestido y su expresiГіn agradable. Deseaba poder hablar bien con Г©l para ponerse al dГ­a, pero no habГ­a tiempo para eso.

“Estoy bien, Mike. Pero estoy apurada. Tengo que montarme en un avión. Necesito un favor”.

“Dime”, dijo Mike.

“Mi compañero, Bill Jeffreys, está pasando por un momento difícil después de nuestro último caso”.

OГ­a verdadera preocupaciГіn en la voz de Mike.

“Sí, me enteré de lo que sucedió. Qué terrible lo de la muerte de su joven protegida. ¿Es cierto que tu compañero fue puesto de licencia? ¿Algo relacionado con haberle disparado a la persona equivocada?”.

“Así es. Él necesita tu ayuda. Y la necesita de inmediato. Él está bebiendo, Mike. Nunca lo había visto tan mal”.

Hubo un breve silencio.

“No creo entender”, dijo Mike. “¿No ha sido asignado a un terapeuta?”.

“Sí, pero no lo está ayudando en nada”.

Ahora Mike sonaba reservado.

“No sé, Riley. Me incomoda aceptar pacientes que ya están bajo el cuidado de otra persona”.

Riley sintiГі una punzada de preocupaciГіn. No tenГ­a tiempo para lidiar con la Г©tica de Mike.

“Mike, lo asignaron al Dr. Leo”.

Hubo otro momento de silencio.

“Apuesto a que eso será suficiente”, pensó Riley. Sabía perfectamente bien que Mike odiaba al terapeuta-celebridad con todo su corazón.

Finalmente Mike dijo: “¿Cuándo puede venir?”.

“¿Qué estás haciendo en este momento?”.

“Estoy en mi oficina. Estaré ocupado por unas horas, pero estaré disponible más tarde”.

“Estupendo. Irá para allá luego. Pero por favor llámame si nunca llega”.

“Eso haré”.

A lo que finalizaron la llamada, el cafГ© estaba comenzando a gotear en la jarra. Riley sirviГі una taza y se dirigiГі de nuevo a la habitaciГіn de Bill. Ya no estaba allГ­. Pero la puerta del baГ±o contiguo estaba cerrada, y Riley oГ­a la maquinilla de afeitar elГ©ctrica de Bill al otro lado.

Riley tocГі la puerta.

“Pasa, estoy vestido”, dijo Bill.

Riley abriГі la puerta y vio que Bill se estaba afeitando. ColocГі el cafГ© en el borde del lavabo.

“Te hice una cita con Mike Nevins”, dijo.

“¿Para cuándo?”.

“Ahora mismo. Puedes irte ya, para cuando llegues estará desocupado. Te enviaré la dirección de su oficina por mensaje de texto. Tengo que irme”.

Bill se veГ­a sorprendido. Por supuesto, Riley no le habГ­a dicho nada acerca de estar apurada.

“Tengo un caso en Iowa”, explicó Riley. “El avión me está esperando en este momento. No dejes plantado a Mike Nevins. Me enteraré si lo haces, y te las verás conmigo”.

Bill se quejó, pero luego dijo: “Está bien, yo voy”.

Riley se volviГі para irse. Entonces pensГі en algo que no estaba segura de que deberГ­a sacar a relucir.

Finalmente dijo: “Bill, Shane Hatcher sigue prófugo. Hay agentes vigilando mi casa. Pero recibí un mensaje amenazante de él, y nadie lo sabe excepto tú. No creo que atacaría a mi familia, pero tampoco estoy cien por ciento segura. Me pregunto si tal vez...”.

Bill asintiГі.

“Yo estaré pendiente”, le dijo él. “Necesito hacer algo útil”.

Riley le dio un abrazo y saliГі del apartamento.

Mientras caminaba hacia su auto, mirГі su reloj de nuevo.

Si no se topaba con trГЎfico, llegarГ­a a la pista de aterrizaje justo a tiempo.

Ahora tenГ­a que empezar a pensar en su nuevo caso, pero no estaba particularmente preocupada por eso. Este probablemente no le tomarГ­a mucho tiempo.

DespuГ©s de todo, ВїquГ© tanto esfuerzo y tiempo podrГ­a tomar un caso de un Гєnico asesinato en un pueblo pequeГ±o?




CAPГЌTULO NUEVE


Incluso mientras caminaba por la pista hacia el aviГіn, Riley comenzГі a prepararse psicolГіgicamente para su nuevo caso. Pero habГ­a una cosa que tenГ­a que hacer antes de meterse de lleno en el caso.

Le enviГі un mensaje a Mike Nevins.



EnvГ­ame un mensaje cuando llegue Bill. EnvГ­ame un mensaje si no llega.



SoltГі un suspiro de alivio cuando Mike le respondiГі de inmediato.



Eso harГ©.



Riley se dijo a sГ­ misma que habГ­a hecho todo lo que podГ­a hacer por Bill, y que ahora Г©l tendrГ­a que dar de su parte para sacarle el mayor provecho a la ayuda profesional. Mike definitivamente podrГ­a ayudar a Bill a lidiar con las cosas que lo atormentaban.

SubiГі los escalones y entrГі al aviГіn, donde vio a Jenn Roston ya sentada y trabajando en su computadora portГЎtil. Jenn levantГі la mirada y asintiГі a lo que Riley se sentГі al otro lado de la mesa.

Riley hizo lo mismo.

Luego Riley mirГі por la ventana durante el despegue y mientras el aviГіn subГ­a a la altitud de crucero. No le gustaba el silencio incГіmodo entre ella y Jenn. Se preguntГі si tal vez a Jenn tampoco le gustaba. Estos vuelos normalmente eran buenos momentos para hablar sobre los detalles de un caso. Pero no habГ­a nada que decir acerca de este todavГ­a. El cuerpo acababa de ser encontrado despuГ©s de todo.

Riley sacГі una revista de su bolso y tratГі de leer, pero no pudo centrarse en las palabras. Tener a Jenn frente a ella era demasiado molesto. En su lugar, Riley se quedГі allГ­, fingiendo leer.

“La historia de mi vida”, pensó.

Fingir y mentir se estaban volviendo demasiado rutinarios.

Finalmente Jenn levantГі la mirada de su portГЎtil.

“Agente Paige, lo que dije en la oficina de Meredith fue de corazón”, dijo.

“¿Cómo?”, preguntó Riley, levantando la mirada de su revista.

“Lo que dije respecto a que será un honor trabajar contigo. Es un sueño para mí. He seguido tu trabajo desde que empecé en la academia”.

Por un momento, Riley no supo quГ© decir. Jenn le habГ­a dicho lo mismo antes. Pero, de nuevo, Riley no sabГ­a por la expresiГіn de Jenn si estaba siendo sincera.

“He oído cosas buenas de ti”, dijo Riley.

Aunque sonaba muy evasivo, al menos era verdad. En circunstancias diferentes, Riley se habrГ­a emocionado ante la oportunidad de trabajar con una nueva agente inteligente.

Riley agregó con una sonrisa débil: “Pero, si fuera tú, no me emocionaría mucho con este caso”.

“Sí”, dijo Jenn. “Probablemente ni siquiera sea un caso para la UAC. Quizás volvamos a Quántico esta misma noche. Bueno, habrá otros casos”.

Jenn volviГі su atenciГіn de nuevo a su portГЎtil. Riley se preguntГі si estaba trabajando en los archivos de Shane Hatcher. Y, por supuesto, le preocupГі de nuevo el hecho de que quizГЎs no debiГі haberle entregado la unidad USB.

Pero se dio cuenta de algo. Si Jenn realmente habГ­a tenido la intenciГіn de traicionarla al pedirle esa informaciГіn, Вїya no la habrГ­a usado en su contra?

RecordГі lo que Jenn le habГ­a dicho ayer.

“De hecho, estoy bastante segura de que las dos queremos exactamente lo mismo. Acabar con la carrera criminal de Shane Hatcher”.

Si eso era cierto, Jenn realmente era una aliada de Riley.

Pero ВїcГіmo podrГ­a saberlo a ciencia cierta? Se quedГі allГ­ considerando si deberГ­a abordar el tema.

No le habГ­a dicho nada a Jenn sobre la amenaza que habГ­a recibido de Hatcher.

ВїRealmente existГ­a una razГіn para no hacerlo?

ВїJenn podrГ­a realmente ser capaz de ayudarla de alguna manera? Tal vez, pero Riley todavГ­a no se sentГ­a lista para dar ese paso.

Mientras tanto, parecГ­a francamente extraГ±o que su nueva compaГ±era aГєn la llamara agente Paige aunque insistГ­a en que Riley la llamara por su nombre de pila.

“Jenn”, dijo.

Jenn levantГі la mirada de su portГЎtil.

“Creo que deberías llamarme Riley”, dijo Riley.

Jenn sonriГі un poco y volviГі su atenciГіn a su portГЎtil.

Riley colocГі la revista a un lado y mirГі las nubes por la ventana. El sol brillaba, pero Riley no le parecГ­a nada alegre.

Se sentГ­a terriblemente sola. Echaba de menos tener a Bill con ella.

Y extraГ±aba tanto a Lucy que le dolГ­a el corazГіn.



*



Cuando el aviГіn llegГі al Aeropuerto Internacional de Des Moines, Riley fue capaz de chequear su telГ©fono celular. Le contentГі ver que habГ­a recibido un mensaje de Mike Nevins.



Bill estГЎ aquГ­ conmigo en este momento.



Era una cosa menos de quГ© preocuparse.

Una patrulla estaba esperГЎndolas afuera del aviГіn. Dos policГ­as de Angier se presentaron en la base de la escalerilla. Darryl Laird era un joven desgarbado de unos veinte aГ±os, y Howard Doty era un hombre mucho mГЎs bajito de unos cuarenta aГ±os.

Ambos tenГ­an expresiones de asombro en sus rostros.

“Estamos muy felices de que estén aquí”, les dijo Doty a Riley y Jenn mientras los dos policías las acompañaban hasta el auto.

Laird dijo: “Todo esto es tan...”.

El joven negГі con la cabeza sin terminar su oraciГіn.

“Pobrecitos”, pensó Riley.

No eran mГЎs que policГ­as regulares. Los asesinatos no eran muy comunes en un pequeГ±o pueblo de Iowa. Tal vez el policГ­a mayor habГ­a manejado uno que otro homicidio, pero Riley supuso que era primera vez que el joven pasaba por algo asГ­.

A lo que Doty comenzГі a conducir, Riley les pidiГі a los dos policГ­as que les dijeran todo lo posible acerca de lo que habГ­a sucedido.

Doty dijo: “El nombre de la chica es Katy Philbin, de diecisiete años de edad. Una estudiante de la Escuela Secundaria Wilson. Sus padres son dueños de la farmacia local. Una chica agradable, les agradaba a todos. El viejo George Tully encontró su cuerpo esta mañana cuando él y sus muchachos se preparaban para hacer la siembra de primavera. Tully tiene una granja cerca de Angier”.

Jenn preguntó: “¿Saben cuánto tiempo pasó enterrada allí?”.

“Tendrás que preguntárselo al jefe Sinard. O al médico forense”.

Riley pensГі en lo poco que Meredith habГ­a sido capaz de decirles sobre la situaciГіn.

“¿Y la otra chica?”, preguntó ella. “¿La que desapareció hace poco?”.

“Su nombre es Holly Struthers”, dijo Laird. “Ella era... eh, supongo que es una estudiante de nuestra otra escuela secundaria, Lincoln. Lleva aproximadamente una semana desaparecida. Todo el pueblo esperaba que simplemente apareciera. Pero ahora... bueno, supongo que tenemos que seguir albergando esa esperanza”.

“Y orando”, agregó Doty.

Riley sintiГі un extraГ±o escalofrГ­o cuando dijo eso. Era muy frecuente oГ­r a las personas decir que estaban orando para que una persona desaparecida apareciera sana y salva. Nunca tuvo la impresiГіn de que orar ayudara en algo.

“¿Hace que la gente se sienta mejor?”, se preguntó a sí misma.

No entendГ­a por quГ© o cГіmo.

Era una tarde brillante y despejada cuando el auto saliГі de Des Moines y se dirigiГі por una amplia carretera. Pronto Doty saliГі a una carretera de dos carriles que se extendГ­a sobre el campo.

Riley sintiГі una sensaciГіn extraГ±a en su estГіmago. Le tomГі unos minutos darse cuenta de que sus sentimientos no tenГ­an nada que ver con el caso, al menos no directamente.

Normalmente se sentía así cada vez que tenía un trabajo que hacer en el Medio Oeste. Normalmente no temía los espacios abiertos, no sufría de “agorafobia”, como se llamaba. Pero las vastas llanuras y praderas despertaban una ansiedad en ella.

Riley no sabГ­a quГ© era peor, las llanuras que habГ­a visto en estados como Nebraska, que se extendГ­an tan lejos como el ojo humano alcanzaba a ver, o las praderas monГіtonas como estas, las mismas casas de campo, pueblos y campos apareciendo una y otra vez. De cualquier manera, le resultaba inquietante, incluso un poco nauseabundo.

A pesar de la reputaciГіn de esta regiГіn del paГ­s de sus valores estadounidenses bien arraigados, por alguna razГіn no le sorprendГ­a que las personas cometГ­an asesinato aquГ­. Para ella, el campo por sГ­ solo serГ­a suficiente para volver a alguien loco.

En parte para dejar de pensar en el paisaje, Riley sacГі su telГ©fono celular para enviarle un mensaje de texto grupal a toda su familia, April, Jilly, Liam y Gabriela.



LleguГ© bien.



Se quedГі pensando por un momento y luego agregГі...



Ya los echo a todos de menos. Pero probablemente regresarГ© pronto.



*



DespuГ©s de aproximadamente una hora en la carretera de dos carriles, Doty girГі el auto en un camino de grava.

Mientras seguía conduciendo, dijo: “Estamos cerca de las tierras de George Tully”.

Riley mirГі a su alrededor. El paisaje era exactamente igual, grandes extensiones de campos sin sembrar interrumpidos por barrancos, vallas y ГЎrboles. Vio una sola casa grande en el medio de todo esto, junto a un granero ruinoso. Supuso que allГ­ vivГ­a Tully con su familia.

Era una casa de aspecto extraГ±o que parecГ­a haber sido construida con los aГ±os, probablemente por un buen nГєmero de generaciones.

Pronto el vehГ­culo de un mГ©dico forense apareciГі a la vista, estacionado en el arcГ©n de la carretera. Varios otros autos estaban estacionados cerca. Doty se estacionГі justo detrГЎs de la furgoneta del mГ©dico forense, y Riley y Jenn lo siguieron a Г©l y a su compaГ±ero mГЎs joven a un campo recientemente labrado.

Riley vio a tres hombres de pie sobre un punto desenterrado. No veГ­a lo que se habГ­a encontrado allГ­, pero sГ­ vislumbrГі la ropa de colores brillantes moviГ©ndose en la brisa de primavera.

“Ahí es donde la enterraron”, pensó.

Y, en ese momento, Riley sintiГі un presentimiento extraГ±o.

AtrГЎs habГ­a quedado la sensaciГіn de que ella y Jenn no tendrГ­an nada que hacer aquГ­.

TenГ­an trabajo que hacer, una niГ±a estaba muerta y no se detendrГ­an hasta encontrar al asesino.




CAPГЌTULO DIEZ


Dos personas estaban de pie junto al cuerpo reciГ©n desenterrado. Riley se dirigiГі directamente hacia uno de ellos, un hombre musculoso de su misma edad.

“Jefe Joseph Sinard, supongo”, dijo ella, ofreciéndole su mano.

Г‰l asintiГі y le dio la mano.

“Todos por aquí me llaman Joe”.

Sinard señaló al hombre obeso y cincuentón a su lado que se veía aburrido: “Este es Barry Teague, el médico forense del condado. Ustedes dos son las gentes del FBI que hemos estado esperando, supongo”.

Riley y Jenn sacaron sus placas y se presentaron.

“Aquí está nuestra víctima”, dijo Sinard.

SeГ±alГі hacia un agujero poco profundo, donde una mujer joven que llevaba un vestido de color naranja brillante estaba tendida descuidadamente. El vestido estaba sobre sus muslos, y Riley vio que no llevaba ropa interior. No llevaba zapatos. Su cara estaba extraГ±amente pГЎlida, y su boca abierta estaba llena de tierra. Sus ojos estaban muy abiertos. Su cuerpo estaba pГЎlido.

Riley se estremeciГі un poco. Rara vez sentГ­a emociГіn al ver un cuerpo muerto ya que habГ­a visto demasiados de ellos en los Гєltimos aГ±os. Pero esta chica le recordaba demasiado a April.

Riley se volviГі hacia el mГ©dico forense.

“¿Has llegado a alguna conclusión, Sr. Teague?”.

Barry Teague se puso en cuclillas al lado del hueco, y Riley se agachГі junto a Г©l.

“Es feo, muy feo”, dijo con una voz que no expresaba ninguna emoción en absoluto.

SeГ±alГі los muslos de la chica.

“¿Ves esos moretones?”, preguntó. “Me parece que fue violada”.

Riley no lo expresГі en voz alta, pero estaba segura de que estaba en lo cierto. Juzgando por el olor, tambiГ©n supuso que la chica habГ­a muerto la noche anterior, y que habГ­a estado enterrada aquГ­ desde entonces.

Le preguntó al médico forense: “¿Cuál fue la causa de muerte?”.

Teague dejГі escapar un gruГ±ido impaciente.

“No sé”, dijo. “Si ustedes los federales me dejaran llevarme el cuerpo y hacer mi trabajo, podría ser capaz de decirles”.

Esto enfureciГі a Riley. Era evidente lo mucho que este hombre resentГ­a la presencia del FBI. ВїElla y Jenn Roston tendrГ­an que enfrentarse a mucha resistencia local?

RecordГі que el jefe Sinard fue el que hizo la solicitud. Al menos podГ­an contar con su cooperaciГіn.

Ella le dijo al médico forense: “Puedes llevártela ahora”.

Se puso de pie y mirГі a su alrededor. Vio a un hombre mayor a unos quince metros de distancia, apoyado en un tractor y mirando directamente al lugar donde estaba el cuerpo.

“¿Quién es ese?”, le preguntó al jefe Sinard.

“George Tully”, dijo Sinard.

Riley recordГі que George Tully era el dueГ±o de estas tierras.

Ella y Jenn se acercaron a Г©l y se presentaron. Tully parecГ­a apenas estar consciente de su presencia. SeguГ­a mirando hacia el cuerpo mientras el equipo de Teague se preparaba cuidadosamente para moverlo.

Riley le dijo: “Sr. Tully, me informaron que usted fue el que encontró el cuerpo”.

Г‰l asintiГі dГ©bilmente, sin apartar la mirada del cuerpo.

Riley dijo: “Yo sé que esto es difícil. Pero ¿podría decirme qué pasó?”.

Tully hablГі en una voz dГ©bil y distante.

“No hay mucho que contar. Los chicos y yo salimos temprano esta mañana para sembrar. Noté algo extraño en el suelo allí. El aspecto del suelo me inquietó, así que empecé a cavar... y allí estaba ella”.

Riley sentГ­a que Tully no iba a ser capaz de decirles mucho.

Jenn dijo: “¿Tiene alguna idea de cuándo el cuerpo pudo haber sido enterrado aquí?”.

Tully negГі con la cabeza sin decir nada.

Riley mirГі a su alrededor por un momento. El campo parecГ­a haber sido labrado recientemente.

“¿Cuándo labraron este campo?”, preguntó.

“Hace dos días. No, hace tres días. Apenas íbamos empezando con la siembra hoy”.

Riley analizГі esto en su mente. ParecГ­a coherente con su suposiciГіn de que la chica habГ­a sido asesinada y enterrada hace dos noches.

Tully entrecerrГі los ojos mientras seguГ­a mirando al frente.

“El jefe Sinard me dijo su nombre”, dijo. “Katy. Creo que su apellido era Philbin. Lo extraño es que no reconozco el nombre. Tampoco la reconozco a ella. Hubo un tiempo en el que...”.

Se detuvo por un momento.

“Hubo un tiempo en el que conocía a casi todas las familias del pueblo, y a sus hijos también. Los tiempos han cambiado”.

OyГі tristeza en su voz.

Riley sentГ­a su dolor. Estaba segura de que habГ­a vivido en estas tierras toda su vida, asГ­ como tambiГ©n sus padres, abuelos y bisabuelos, y que habГ­a esperado dejar la granja en herencia a sus propios hijos y nietos.

Nunca se habГ­a imaginado que algo asГ­ pudiera suceder aquГ­.

TambiГ©n se dio cuenta de algo mГЎs. Tully habГ­a estado parado exactamente en este mismo lugar durante horas, mirando el cuerpo de la pobre chica con incredulidad horrorizada. HabГ­a encontrado el cuerpo esa maГ±ana y no habГ­a sido capaz de moverse de ese lugar. Ahora que el cuerpo estaba siendo llevado, tal vez se irГ­a pronto.

Pero Riley sabГ­a que el horror no lo dejarГ­a en paz.

Sus palabras resonaron en su mente:

“Los tiempos han cambiado”.

QuizГЎs sentГ­a que el mundo se habГ­a perdido.

“Y tal vez esté en lo cierto”, pensó Riley.

“Lamentamos mucho que esto haya sucedido”, le dijo Riley.

Luego ella y Jenn se dirigieron de nuevo hacia el lugar excavado.

El equipo de Teague ahora tenГ­a el cuerpo cubierto sobre una camilla. Estaban moviГ©ndolo torpemente por la tierra labrada hacia el vehГ­culo del mГ©dico forense.

Teague se acercГі a Riley y Jenn. HablГі en su voz monГіtona.

“En respuesta a tu pregunta de cómo murió... Le eché un mejor vistazo y fue aporreada, golpeada más de una vez. Eso es todo”.

Sin decir mГЎs, se volviГі y se alejГі para unirse a su equipo.

Jenn soltГі un resoplido de fastidio.

“Bueno, me parece que cree haber terminado su examinación”, dijo. “Ese tipo es un pendejo”.

Riley negГі con la cabeza. Estaba de acuerdo con Jenn.

Luego se dirigió hacia el jefe Sinard y le preguntó: “¿Encontraron otra cosa con el cuerpo? ¿Una cartera? ¿Un teléfono celular?”.

“No”, dijo Sinard. “El que hizo esto debió haberse quedado con sus pertenencias”.

“La agente Roston y yo tenemos que reunirnos con la familia de la chica tan pronto como sea posible”.

El jefe Sinard frunciГі el ceГ±o.

“Eso va a ser muy difícil”, dijo. “Su padre, Drew, estuvo aquí hace poco para identificar el cuerpo. Está muy mal”.

“Entiendo”, dijo Riley. “Pero es necesario”.

El jefe Sinard asintiГі, sacГі una llave de su bolsillo y seГ±alГі un auto cercano.

“Supongo que ustedes dos van a necesitar su propio medio de transporte”, dijo. “Pueden usar mi auto todo el tiempo que estén aquí. Yo me iré en un vehículo de la policía y les mostraré donde viven los Philbin”.

Riley dejГі a Jenn tomar las llaves y conducir. Ahora estaban siguiendo a la patrulla de Sinard al pueblo de Angier.

Riley le preguntó a su nueva compañera: “¿Qué piensas de todo esto?”.

Jenn condujo en silencio por un momento mientras reflexionaba.

Luego dijo: “Sabemos que la víctima tenía diecisiete años, dentro del rango de edad de aproximadamente la mitad de las víctimas de este tipo de delito. Pero sigue siendo un caso inusual. La mayoría de las víctimas de depredadores sexuales en serie son prostitutas. Esta víctima quizás figure entre el diez por ciento que son víctimas de algún conocido”.

Jenn se detuvo de nuevo.

Luego agregó: “Más de la mitad de este tipo de homicidios son por estrangulamiento. Pero un fuerte traumatismo es la segunda causa de muerte más frecuente. Así que, en ese sentido, este asesinato quizás no sea atípico. Aun así, nos falta mucho por aprender. La pregunta más importante es si estamos lidiando con un asesino en serie o no”.

Riley asintió con la cabeza. Jenn no estaba diciendo nada que ya no supiera pero, aunque sentía dudas respecto a su nueva compañera, al menos ella estaba bien informada. Y ambas enfrentaban la posibilidad de una terrible respuesta a esta última pregunta, ambas albergaban la esperanza de que la respuesta fuera “no”.

En cuestiГіn de minutos estaban siguiendo a Sinard por la calle principal de Angier. Era muy parecida al resto de las calles principales que habГ­a visto en el Medio Oeste, filas de tiendas sosas y sin carГЎcter, algunas de ellas viejas y algunas de ellas nuevas. No detectГі nada de encanto o singularidad. Riley sentГ­a la misma sensaciГіn que habГ­a tenido durante el viaje a travГ©s de las praderas, una sensaciГіn de algo oscuro acechando detrГЎs de la fachada de la integridad del Medio Oeste.

Estuvo a punto de expresar sus pensamientos. Pero se recordГі a sГ­ misma con rapidez que Bill no era el que estaba a su lado, sino una mujer joven que apenas conocГ­a. Tampoco sabГ­a si podГ­a confiar en ella o no.

ВїJenn Roston compartГ­a las sensaciones de Riley o siquiera querrГ­a oГ­rlas?




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